Lula da Silva y Jair Bolsonaro disputarán la Presidencia de Brasil el próximo 30 de octubre en una segunda vuelta electoral.
Te recomendamos
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien busca la reelección, admitió este jueves que "exageró" con algunas declaraciones durante su gestión en la pandemia de COVID-19 y pidió disculpas por ello.
"Creo que hice lo posible para ayudar en el combate a la COVID-19 y hubo, de mi parte, alguna exageración en algunas palabras. Pido disculpas, pero forma parte de la emoción", declaró Bolsonaro en un encuentro con líderes religiosos en la ciudad de Recife (noreste).
Las polémicas declaraciones de Bolsonaro durante la pandemia han sido una de las principales armas utilizadas por su rival en las urnas, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, para desgastar la imagen del gobernante.
Bolsonaro llegó a imitar a personas con falta de aire y afirmó que no era "sepulturero" al ser preguntado sobre el elevado número de muertos.
El jefe de Estado manifiesta que todavía no se vacunó contra la COVID-19, promovió medicamentos que no tenían eficacia comprobada y fue un firme opositor a las restricciones de movimientos, llegando a promover aglomeraciones en las que participó sin usar mascarilla.
El líder de ultraderecha justificó sus polémicas declaraciones por su educación familiar y militar. "Tal vez fue por la educación que tuve en casa, bastante rígida y que agradezco a mis padres, y también por los quince años que estuve en el Ejército", subrayó el capitán de la reserva.
Propuestas de Lula
El exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para la segunda vuelta electoral frente al actual presidente Bolsonaro, prometió este jueves "recuperar" las industrias naval y petrolera como grandes generadores de empleo en el país.
Lula, candidato de un amplio frente progresista, insistió en una breve rueda de prensa en Aracaju, capital del estado de Sergipe, que, si vuelve al poder, la "prioridad máxima" será "combatir el hambre", que hoy afecta a unos 33 millones de brasileños.
Para ello, aseguró que impulsará un "conjunto de políticas" con la intención de "generar empleos inmediatamente".
Hoy, el índice de desempleo en Brasil se ubica en el 8,9 %, lo que equivale a casi 10 millones de personas en busca de trabajo.
Aunque se trata de la tasa más baja desde mediados de 2015, el número de trabajadores informales está en niveles récord al representar cerca del 40 % de la fuerza laboral del país.
En este contexto, Lula, que ganó la primera vuelta de las elecciones con un 48,4 % de los votos, unos cinco puntos más que Bolsonaro, afirmó que quiere crear empleo a través de la construcción civil.
En la misma dirección, también prometió "recuperar" las industrias naval y petrolera, y "crear políticas de incentivo al pequeño y mediano emprendedor" por medio de "créditos" en condiciones favorables.
"El Gobierno tiene que ser el inductor" de "facilitar la vida de las personas para que tengan acceso a todo, incluido crédito", indicó.
Lula, el líder del Partido de los Trabajadores que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, subrayó de nuevo su intención de "renegociar la deuda" de millones de familias del país "discutiendo con el sistema financiero", con el que pretende "llegar a un acuerdo".
El antiguo dirigente sindical volvió además a acusar a Bolsonaro de "mentir mucho" y tratar de "engañar a las personas pensando que son bobas".
"Brasil retrocedió" durante el Gobierno de Bolsonaro y "por eso decidí ponerme a disposición del pueblo brasileño para recuperar" el país, expresó Lula, para después denunciar la "falta de humanidad" de la actual administración.
Lula y Bolsonaro disputarán la Presidencia de Brasil el próximo 30 de octubre en una segunda vuelta electoral para la que los sondeos prevén un triunfo del expresidente progresista con un 51 % de las intenciones de voto frente al 42 % que obtendría el líder de la extrema derecha.
(Con información de EFE)
Te recomendamos
Comparte esta noticia
Siguenos en