Este jueves, 6 de junio, arranca la gran final de la NBA: los ganadores de la Conferencia Este y Oeste definirán -en una serie al mejor de siete partidos- al nuevo monarca de la liga de baloncesto de Estados Unidos.
La gran final de la NBA arranca este jueves, 6 de junio, con el primer enfrentamiento entre Boston Celtics y Dallas Mavericks, que definirán -en una serie al mejor de siete partidos- al nuevo monarca de la liga de baloncesto de Estados Unidos.
Hoy parece lejano aquel 24 de octubre de 2023, cuando arrancó la temporada regular de la NBA, con treinta equipos pugnando por imponer su supremacía en el campo. Ocho meses han pasado de aquella jornada y hoy solo quedan dos franquicias en pie.
Boston Celtics y Dallas Mavericks disputan una final inédita en la NBA, aunque esto no significa que haya poco interés en esta definición. Todo lo contrario: hay mucho morbo detrás y varias narrativas que han elevado las expectativas por esta final hasta las nubes.
¿Boston Celtics y Dallas Mavericks fueron los mejores de sus conferencias?, ¿merecen haber llegado hasta la gran final?, ¿hay algún favorito? Son preguntas que intentaremos resolver a continuación.
Por la tan postergada decimoctava corona
Comencemos con Boston Celtics, historia pura de la NBA. Los ganadores de la Conferencia Este llegaron a los playoffs con una impresionante marca de 64 victorias y apenas 18 reveces en la temporada regular.
De la mano de Jayson Tatum y Jaylen Brown, acaso sus principales figuras; los Celtics impusieron un juego ofensivo que los catapultó como amplios favoritos de su conferencia. Y esto se vio reflejado en los playoffs.
En la primera fase, derrotaron sin atenuantes 4-1 a los Miami Heat, cobrándose -de paso- la revancha de final de conferencia del año pasado. Luego, en semifinales, arrasó por el mismo resultado con unos esmerados Cleveland Cavaliers.
En la final de conferencia, barrieron 4-0 a unos sorprendentes Indiana Pacers, que alcanzaron la instancia definitiva tras una auténtica batalla a siete partidos contra los New York Knicks. Los números fríos hablan de un equipo dominante, pero esta final fue muy reñida, con partidos que se definieron sobre la hora, en tiempo extra y en los que salieron a relucir las estrellas del equipo celta.
Los Boston Celtics son mucho más que Tatum y Brown. La llegada del letón Kristaps Porziņģis ha sumado mucho al equipo, tanto en defensa como en ataque; mientras que los solventes Derrick White y Jrue Holiday se han vuelto piezas fundamentales en el esquema del joven entrenador Joe Mazzulla. Especial mención merece el dominicano Al Horford, que desde la banca aporta experiencia y variantes de juego cada vez que es requerido.
¿Son los favoritos? A priori, sí. Llegan más descansados y les avala lo mostrado en la temporada regular y en los playoffs. Sin embargo, las finales hay que jugarlas. Además, está el factor psicológico: los Boston Celtics son, junto con Los Angeles Lakers, los equipos con más títulos de la NBA (17 cada uno). Pero los celtas no ganan el anillo desde el 2008 y apenas han ganado dos campeonatos en los últimos 38 años. Sin duda, esta es una carga que puede pesar mucho en una definición en la que tienen mucho que perder.
Haciendo su propia historia
Si los Boston Celtics llegan a la final tras superar series aparentemente accesibles; los Dallas Mavericks han disputados auténticas batallas para alcanzar esta instancia.
Los campeones del Oeste tuvieron que remar contracorriente desde antes de los playoffs. Con un récord de 50 victorias y 32 derrotas, terminaron la temporada regular en la quinta posición, evitando con las justas el temido repechaje (los play-in).
Debido a esta irregularidad, terminaron emparejados con los peligrosos Los Angeles Clippers, uno de los mejores equipos de la temporada. No eran favoritos, pero los Dallas Mavericks sacaron adelante la serie 4-2.
Ya desde esa instancia empezaba a lucirse la dupla Luka Dončić-Kyrie Irving. El esloveno encontró en el veterano estadounidense a su mejor complemento, al punto que hoy ya son comparados con los mejores tándems de la historia de la NBA.
La siguiente instancia fue igual de dura. El rival: Oklahoma City Thunder, el mejor equipo de la temporada regular en su conferencia. Otra vez, los Dallas Mavericks partían con los pronósticos en contra, pero nuevamente salió a relucir la calidad de sus estrellas y superaron la serie 4-2.
En la final de conferencia, el rival fue inesperado. Todos esperaban en esta instancia a los Denver Nuggets, pero los vigentes campeones de la NBA cayeron ante unos sorprendentes Minnesota Timberwolves, que -de la mano de su estrella, Anthony Edwards- se impusieron en una serie que llegó al séptimo partido.
Esta victoria puso a los Wolves como favoritos para pasar a la gran final; pero nuevamente Luka Dončić y compañía desafiaron la lógica, imponiéndose por un contundente 4-1. Para estas alturas, el esloveno ya rozaba la divinidad en Dallas, y ya muchos lo ponen como sucesor del histórico Dirk Nowitzki en el trono de la franquicia.
Sin embargo, Dallas Mavericks es más que Luka Dončić y Kyrie Irving. El equipo texano tiene una nutrida rotación de jugadores capaces de asumir responsabilidades, entre los que destacan Derrick Jones, Daniel Gafford, P. J. Washington y el novato Dereck Lively, a quien no le ha pesado la juventud para afrontar este reto.
Los Dallas Mavericks no parten como favoritos ante los Boston Celtics, pero esto nunca les ha importado al momento de disputar cada fase de los playoffs. Los dirigidos por Jason Kidd (campeón como jugador en 2011) llegan más cansados y golpeados, pero con todas las ganas de hacer historia en la NBA.
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