El Team USA se consagró campeón invicto del torneo de baloncesto de los Juegos Olímpicos, pero por muchos pasajes se mostró terrenal y hasta vulnerable. Ya hay selecciones capaces de poner contras las cuerdas al otrora equipo más dominante del planeta.
Puede sonar contradictorio: Estados Unidos acaba de consagrarse campeón del torneo de baloncesto de París 2024, sumando su decimoséptima medalla de oro en la historia de los Juegos Olímpicos; pero su hegemonía en el deporte de la canasta está en entredicho.
Y es que el cuadro norteamericano, que llevó a la crema y nata de la NBA -salvo puntuales excepciones-, mostró por varios pasajes del torneo un rostro terrenal y hasta vulnerable. Y eso que, podríamos decir, la exigencia para LeBron James y compañía recién empezó en semifinales.
Hagamos un repaso del torneo: el Team USA fue sorteado en un grupo bastante accesible junto con Serbia, Sudán del Sur y Puerto Rico. Los norteamericanos se salvaron de enfrentar en instancias preliminares a los pesos pesados, que en otros grupos protagonizaron auténticas batallas para clasificar a cuartos de final.
Estados Unidos debutó en París 2024 con victoria sobre Serbia, aunque en este partido los balcánicos no mostraron todas sus armas: era un partido perdible para ellos, y así quedó evidenciado en la intensidad mostrada en el campo de juego.
Luego llegaría la sorprendente Sudán del Sur, que venía de derrotar a Puerto Rico en su primer partido. Los africanos dejaron todo en el torneo y se ganaron el corazón del público, pero -hay que admitirlo- aún están un escalón por debajo de la élite del baloncesto. El triunfo del Team USA así lo evidencia.
Estados Unidos cerró la fase de grupos con la peor selección del torneo: Puerto Rico. Los boricuas se ganaron el derecho a estar en París 2024 eliminando en el Preolímpico a equipos con mejor cartel, como Italia o Lituania; pero terminaron pasando sin pena ni gloria por tierras francesas.
Los mata-mata
Ya en cuartos de final, otra vez Estados Unidos tuvo la fortuna de su lado. En el sorteo de emparejamientos, le tocó enfrentar a Brasil, que llegó a esa instancia como uno de los mejores terceros de la fase de grupos.
Pese a ser sudamericano, no puedo mentir y decir que Brasil tenía oportunidad contra LeBron y compañía. Apenas opuso resistencia un cuarto, tras lo cual Estados Unidos se despachó a placer y manejó la (amplia) diferencia hasta el final.
Es una lástima que el baloncesto sudamericano esté tan venido a menos en los últimos años. Brasil nos representó dignamente en el pasado Mundial y en estos Juegos Olímpicos, pero la Verdeamarela -hay que admitirlo- está en un segundo pelotón, alejado de la élite. Argentina, la otrora potencia, no clasificó al Mundial y ni siquiera llegó al Preolímpico.
Pero no nos desviemos del tema: tras el partido contra Brasil, recién Estados Unidos enfrentó a un rival de fuste. Otra vez Serbia, pero ahora sí mostrando todo su arsenal.
El Team USA vs. Serbia fue el mejor partido del torneo, una auténtica final adelantada. Los balcánicos pusieron en evidencia el lado más terrenal y vulnerable de los norteamericanos, que llegaron a perder hasta por 17 puntos en cierto pasaje del encuentro. Las caras de desconcierto y preocupación de LeBron James y compañía eran para enmarcarse.
Los estadounidenses tuvieron que exigirse al máximo para revertir la situación y llevarse un triunfo agónico, que se concretó gracias a la magia de Stephen Curry. A Serbia le faltó una samaqueada del DT Svetislav Pešić, tal como lo hizo en el partido contra Australia. Tal vez otra hubiera sido la historia.
Esa fue la final del torneo, porque Francia nunca fue rival para Estados Unidos. Los galos llegaron, más por empuje que por calidad, al partido por el oro; pero en esta instancia ya no se gana solo con arengas y presión del público. El cuadro local llegó a encontrar falencias en Estados Unidos y se puso a tres puntos de distancia, pero otra vez un recital de Curry sentenció la velada.
Es indiscutible que Estados Unidos ganó con justicia el oro, pero el torneo también ha servido para demostrar que el Team USA ya dejó de ser aquel equipo arrollador de otros años. Con todas sus estrellas de la NBA, los norteamericanos estuvieron a dos minutos de irse sin el título de tierras francesas. Y eso no se puede pasar por alto.
Estados Unidos puede ganar el próximo Mundial y llevarse el oro en Los Ángeles 2028, claro que sí; pero deberá llevar a sus mejores hombres. Ya se acabaron las épocas en las que podían subestimar a los rivales y llevar un equipo B. Porque las diferencias en el baloncesto se han acortado y eso hay que celebrarlo.
Te recomendamos
Fernando Chuquillanqui Periodista
Comparte esta noticia
Siguenos en
