La conmemoración del Señor de los Milagros se remonta a la época colonial, cuando un esclavo pintó la imagen del Cristo moreno en las paredes de una finca en Pachacamilla. A pesar de los sismos e intentos de borrarla, la imagen, milagrosamente, nunca cayó y se mantuvo intacta, para sorpresa de los fieles de entonces.Fuente:
Andina