Dos victorias, seis goles anotados, cinco remates directos al arco en promedio y goles tanto de los delanteros como los mediocampistas. ¿Aprobatorio el inicio del ciclo Fossati?
Terminó la ventana internacional de marzo, donde la Selección Peruana disputó sus primeros partidos del 2024 y también dio inicio el proceso del entrenador Jorge Fossati, cosechándose las victorias frente a los representativos de Nicaragua y República Dominicana, equipos fuera del ‘top 130’ del ranking FIFA.
Aunque existió la posibilidad de enfrentar al campeón europeo Italia, finalmente se optó por los cuadros de Concacaf porque “buscaba rivales con características parecidas a los que vamos a enfrentar a corto plazo que es la Copa América y luego las Eliminatorias”, según explicó el mismo Jorge Fossati.
Teniéndose en cuenta el contexto con el que se presentaba la Selección Peruana a este comienzo de ciclo, ganar era más que necesario. Observar el funcionamiento del equipo en este inicio era de los objetivos principales, pero el comando técnico también consideraba fundamental que el colectivo se reencuentre en confianza tras un año adverso en cuanto a resultados. La elección contaba con lógica, además, porque el combinado experimentaría una propuesta de juego nueva.
El inicio de la era Fossati
Contra Nicaragua y República Dominicana se vio en acción a 27 jugadores, con un mínimo en promedio de 20 minutos, algunos debutantes y muchos desempeñándose en puestos no habituales sea en selección o sus clubes.
De un duelo a otro se cambió la totalidad de la alineación, aunque sí se sostuvo el sistema 1-3-5-2 en todo momento, donde se vieron matices distintos como el doble ‘9’ y luego no tener a un centrodelantero referencial. La pareja Gianluca Lapadula y Paolo Guerrero compartió en el campo por 86 minutos, mientras que el doble ‘9’ (cuando Valera remplazó a Guerrero) se mantuvo a lo largo de 110 minutos.
También se innovó con los mediocampistas interiores, pues con Nicaragua se escogió a Cartagena -volante con más despliegue- junto a Joao Grimaldo, un delantero que tácticamente ofreció variantes recostándose como extremo. Asimismo, esa tarea fue encomendada a Franco Zanelatto y José Rivera. Frente a República Dominicana optó Fossati por volantes puros como Piero Quispe y Sergio Peña.
Te recomendamos
Andy Polo mostró estar muy adaptado al sistema, viéndose un paso adelante que Luis Advíncula en la función de carrilero derecho por una mejor toma de decisiones cuando ingresó al área rival. Wilder Cartagena, que actuó de interior, se destacó por el vértigo en el choque contra los ‘pinoleros’. Piero Quispe fue el más atrevido frente a República Dominicana, anotó y las principales acciones de ataque lo tuvieron como protagonista. Aldo Corzo y Alexander Callens cumplieron en sus roles de stoppers.
“Primero buscábamos ganar, después que cada uno de ellos tuviera la oportunidad de demostrar o de trabajar en la idea más allá de buscar un equipo titular. Me la están poniendo difícil. Para la próxima convocatoria seguramente tendré que reducir el plantel, lo cual desde ahora me causa cierta pena”, señaló Jorge Fossati tras la fecha doble.
Dos victorias, seis goles anotados, uno encajado, cinco remates a puerta en promedio por cada partido, goles de los delanteros y de los mediocampistas. Las cifras son claras, pero ante rivales inferiores también se evidenció una distancia grande con un funcionamiento aplomado, con dominar el juego a partir de manejar el balón -característico en los equipos de Fossati-, de evitar llegadas a portería o tener algunas sociedades que se encaminen a ser importantes. Dudas por lo colectivo, con algunas expresiones individuales y la conclusión rápida de la urgencia por el trabajo del día a día que brindará la Copa América para fortalecer la propuesta en una selección en construcción.
¿Qué les pareció la Selección Peruana en el comienzo del ciclo de Jorge Fossati?
Te recomendamos
El Cerro San Cristóbal, lugar de peregrinación de los católicos en Semana Santa
La Semana Santa es una celebración religiosa que recuerda la pasión, muerte y resurrección de Cristo. En la capital peruana, existe un lugar emblemático donde cada año se vive la fe y religiosidad. Se trata del Cerro San Cristóbal, en el Rímac, permanente escenario de la escenificación de la vida, pasión y muerte de Jesucristo.
Comparte esta noticia
Siguenos en