Murió el primer bailarín ruso de ballet Vladimir Shklyarov tras caer del quinto piso de un edificio

El mundo del ballet está de luto. El primer bailarín ruso Vladimir Shklyarov murió el sábado 16 de noviembre a los 39 años. De acuerdo con Anna Kasatkina, representante del Teatro Mariinsky en San Petersburgo, Rusia, el artista cayó del quinto piso de un edificio. 

Según Kasatkina, Shklyarov estaba tomando analgésicos antes de una cirugía que tenía programada en la columna para este lunes 18 de noviembre, por lo que cree que ese pudo ser el motivo de su caída.

“Es una gran pérdida no sólo para el personal del teatro, sino para todo el arte del ballet actual. Nuestro más sentido pésame para la familia del artista, sus seres queridos, amigos y todos los numerosos admiradores de su obra y talento", indicó al medio ruso Fontanka.

Vladimir Shklyarov era padre de dos hijos y, de acuerdo con el sitio web del Teatro Mariinsky, participó en diferentes obras como Giselle, Don Quijote, Romeo y Julieta, El Cascanueces, Carmen, entre otros.

¿Quién era Vladimir Shklyarov, el primer bailarín ruso?

“Él es bueno en todo -saltos, giros precisos, rápidos y cerrados, un impecable manejo de pies– y fue convincente como un joven amante cariñoso y luego arrepentido. Su encarnación de Albrecht transmite una vida sofocada por las exigencias cortesanas y el contraste de libertad y emoción que él encuentra cuando puede escapar hacia los placeres del campo, y especialmente hacia la joven que ama”, señaló la academia Dance Tabs sobre el fallecido bailarín.

“Vladimir Shklyarov es apasionado, académicamente puro y elegante. Es un bailarín de sangre azul y nos muestra una juventud vívidamente apasionada”, mencionó The Financial Times sobre él.

Asimismo, una reseña de Ballet Magazine destacaba: “Vladimir Shklyarov parece ser un niño mimado del destino. Su constitución armoniosa, la imagen agradable en el escenario, el encanto como intérprete y la sutil firma de su baile... En Shklyarov, el baile no conlleva la carga del trabajo realizado. Incluso cuando el cansancio físico del artista se hace evidente, su danza conserva el aliento”.