Carlos Atoche, artista peruano radicado en Italia, envió dos de sus obras al papa Francisco. Los cuadros formarán parte de la colección del Vaticano.
Un poco de Perú decora la colección del Vaticano, gracias a dos obras inéditas del artista Carlos Atoche que recibió el papa Francisco el fin de semana. "Fue muy emocionante", confesó el pintor en diálogo con RPP al recordar las imágenes del sumo pontífice junto a su obra. "Esto es fruto de muchos años de trabajo. Fue una gran sorpresa", agregó.
El sábado 7 de diciembre, el papa recibió los cuadros de Atoche, creados en colaboración con la asociación Yourban 2030 y Airlite, en el marco del Concierto con los Pobres, una cita que contó con más de 8 mil invitados y la música del compositor Hans Zimmer, ganador del Premio Oscar y creador de bandas sonoras icónicas de películas como El Rey León, Gladiador y Piratas del Caribe.
Atoche no pudo estar presente en ese momento tan importante, ya que se encuentra en Lima preparando su próxima exposición antológica. Sin embargo, compartió que le enviaron fotografías y videos del papa Francisco junto a su obra. "Fue muy emocionante", comentó, y añadió: "Era una oportunidad que no se iba a repetir fácilmente".
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El arte peruano sorprende al papa Francisco
Las obras de Carlos Atoche no se limitan a ser piezas visualmente impactantes: son mensajes profundos cargados de simbolismo. El primer cuadro, La casa común, está inspirado en la encíclica Laudato Si’, donde el Papa aparece rodeado de una naturaleza exuberante. Montañas llenas de verde evocan renacimiento y armonía, una invitación a proteger la naturaleza. Para este retrato, Atoche nos cuenta que tomó como referencia una imagen del papa con una expresión "amable".
En tanto, Contemplación, la segunda obra, presenta al pontífice de espaldas en la cima de un sendero de piedra que culmina ante un paisaje majestuoso. “El camino es una metáfora de la santidad y también del recorrido del artista, con todas sus dificultades”, explicó Atoche. Ambas piezas están impregnadas de peruanidad de manera sutil: figuras que evocan a Machu Picchu y ecos de la cultura precolombina se mezclan con paisajes monumentales.
Más allá del mensaje, estas obras integran innovación técnica. Atoche, quien desde 2003 radica en Roma, utilizó pinturas fotocatalíticas que, además de embellecer, purifican el aire. “El estilo [de ambas obras] es típico de Carlos, lleno de materiales y colores vívidos, especialmente cercano a los jóvenes, pero siempre dirigido a lo antiguo, a la memoria de las tradiciones iconográficas desaparecidas que regresan con actualidad”, explica el curador italiano Tommaso Strinati.
El camino de Lima a Roma
El recorrido de Carlos Atoche comenzó en Lima, pero tomó vuelo en Roma, donde vive desde hace dos décadas. Su obra, un puente entre las civilizaciones clásicas y el mundo andino, ha llenado calles, galerías y ahora el Vaticano. “Mi tipo de pintura es muy emotiva. Yo trabajo con las manchas, no realizo bosquejos. Voy manchando y sale todo lo que tengo, lo más interno", compartió.
Su estudio en Roma, el Studio Quipu, es un espacio de intercambio cultural que refuerza su visión de un arte sin fronteras. Pero para Atoche, el verdadero significado de su trabajo está en los proyectos sociales. “Lo que más me llena es pintar con niños y llevar el arte a lugares donde no suele estar presente”.
Tras conmover al papa Francisco con sus obras, Atoche se prepara para su próxima exposición antológica en la Galería Martín Yépez, que lo traerá de vuelta a Lima en febrero. Allí presentará una reinterpretación de la iconografía incaica, junto con su habilidad en el grabado y la acuarela, ofreciendo una mirada integral a su trayectoria y al trabajo que ha desarrollado en los últimos años.
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