por Renzo Alvarez
. Actualizado elSegún el diario alemán Bild, que reveló el caso, el protagonista de Terminator y Conan, el Bárbaro pretendía subastar el objeto en un evento para recaudar fondos a favor de una iniciativa climática.
El actor Arnold Schwarzenegger fue retenido en el aeropuerto alemán de Múnich, por haber omitido mencionar en su declaración de aduana un reloj destinado a la venta, indicó a la AFP la aduana alemana.
El protagonista de Terminator y exgobernador de California, de 76 años, "podrá con toda probabilidad seguir su viaje, pero su reloj quedará en Múnich", precisó un portavoz de esa administración, Thomas Meister.
Las autoridades alemanas evaluaron entablar una acción penal en su contra, dado que Schwarzenegger tendría que haber declarado el ingreso del reloj y pagar un gravamen por el objeto, agregó Meister.
Según el diario alemán Bild, que reveló el caso, el protagonista de Conan, el Bárbaro pretendía subastar su reloj el jueves, en una cena organizada en la estación de esquí de Kitzbühel.
Varias obras de arte y objetos de valor se subastarán en esa ocasión, con el fin de recaudar fondos para proyectos climáticos impulsados por el astro cinematográfico.
La peripecia de Arnold Schwarzenegger
Fuentes con conocimiento dijeron a TMZ que la aduana retuvo a Arnold Schwarzenegger durante tres horas. Agregan que al actor nunca se le pidió que llenara un formulario de declaración, sin embargo, el excampeón de culturismo no causó problemas y aceptó pagar por adelantado los impuestos sobre el reloj.
Las autoridades intentaron que el exgobernador de California usara una máquina de tarjetas de crédito durante una hora, pero los fallos continuos obligaron a los agentes de aduana a llevar a Schwarzenegger a un banco para que pudiera retirar efectivo de un cajero automático.
Eso debería haber sido el final de la historia, pero el cajero automático no tenía el dinero suficiente: los impuestos terminaron costándole 10 613 dólares, por si fuera poco, el banco también estaba cerrado. El grupo regresó al aeropuerto, y otro oficial trajo una nueva máquina de tarjetas de crédito que funcionaba.
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Renzo Alvarez Redactor / Periodista
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