Julio Ramón Ribeyro por partida doble

Un autor parece haber vuelto desde el más allá a la palestra en plena Feria Internacional del Libro de Lima 2024. En el mayor evento cultural de la capital, el nombre de Julio Ramón Ribeyro cobró un protagonismo inesperado, principalmente porque la editorial Penguin Random House ha lanzado cinco cuentos inéditos suyos bajo el título Invitación al viaje y otros cuentos inéditos.

Pero hay una razón adicional por la que el autor de La palabra del mudo parece haberse convertido en el silencioso invitado de lujo de esta última edición de la FIL Lima. Se la debe, también, al ensayo Fila para la gloria (La Siniestra), del escritor Paul Baudry, quien a lo largo de más de 300 páginas ofrece un amplio panorama sobre el recorrido literario y vital de Ribeyro que lo llevaron a convertirse en algo más que un escritor: un icono literario.

Habría sido fascinante que Baudry hubiese tenido acceso a estos cuentos inéditos de Ribeyro, escritos en la década de 1970 —como señala en el prólogo su biógrafo Jorge Coaguila—, ya que refuerzan su propuesta de valorar al cuentista no solo como un narrador de corte realista, deudor de novelistas y cuentistas del siglo XIX, sino como un explorador de formas más audaces en nuestra tradición, ya sea desde la impronta fantástica o alegórica.

El mismo Invitación al viaje, cercano al relato naturalista como buena parte de la obra de Ribeyro, marca una distancia con otros cuentos afines como Terra incógnita o Una aventura nocturna. Aunque su protagonista —un adolescente en busca de aventura por la noche limeña— también deambule por barrios antes considerados periféricos, esta vez la mirada del narrador está más concentrada en el paisaje exterior que en el interior de su personaje.

Sin embargo, es Monerías el cuento que mejor grafica la búsqueda ribeyriana por abrir otras sendas. Tomando la forma de un oficio dirigido al presidente de la república, el narrador de esta historia absurda es un empresario peruano que traslada más de mil monos a Lima sin saber el desmadre que se armaría. En esta ficción de tintes kafkianos, reluce un ingrediente a veces es pasado por alto en la obra del narrador peruano: era un humorista sutil.

La celada, junto con Espíritus, es otra muestra del interés de Ribeyro por hurgar en el género fantástico, aunque no terminen por ser cuentos redondos y parezcan más bien los magmas de historias que nunca hallaron un final convincente. Similar suerte corre Las laceraciones de Pierluca. Pero este puñado de ficciones dan cuenta de cuán preocupado estaba su autor por “innovar” y colocarse más allá de sus propios cotos temáticos y formales.

Son ese tipo de preocupaciones las que nutren el libro de Baudry, quien, al recoger declaraciones, artículos y prosas del autor, cartas, investigaciones, entre otro material de archivo, da luz sobre cómo el escritor buscó posicionarse en las letras peruanas (e hispanoamericanas, vale decir) como un clásico, un sitio más cercano a cierto ideal de “antimodernidad”, para diferenciarse de sus pares del ‘Boom latinoamericano’.

Con una prosa que compagina la claridad expositiva con el rigor académico, y una predilección por la síntesis de ideas, en Fila para la gloria está muy presente la atención en los detalles de la obra ribeyriana, pero sobre todo en el paratexto que lo rodea. Esto dota de originalidad a su análisis, pone de revés muchos lugares comunes en torno al cuentista y muestra las contradicciones en las que Ribeyro solía caer con frecuencia como creador y figura pública.  

El libro de Baudry, ganador del Premio de la Universidad de la Sorbona en Letras y Humanidades, resulta valioso sobre todo por su ánimo exhaustivo, que lo lleva a rebuscar en entrevistas radiales casi olvidadas y elaborar una encuesta en docentes peruanos, todo con el fin de ofrecer un escenario lo más integral posible sobre los caminos que eligió Ribeyro para perdurar. Atención, fanaticada ribeyriana: el ensayo está hecho para polemizar.