Movimiento apostólico de Schoenstatt cumple 110 años de fundación

Conoce la vida y obra del sacerdote alemán José Kentenich, fundador de Schoenstatt, así como el carisma de este movimiento católico. Actualmente, son más de 200 santuarios dedicados a la Virgen María en los cinco continentes.

El santuario original de Schoenstatt está rodeado de montañas y está ubicado junto al pueblo de Vallendar, Alemania. En alemán Schoenstatt significa hermoso lugar. Puede entenderse como María, Madre del hermoso lugar. | Fuente: P. Eduardo Auza

El origen del santuario de Schoenstatt, como lugar de peregrinación, se remonta al 18 de octubre de 1914, cuando el sacerdote José Kentenich invitó a un grupo de jóvenes seminaristas a hacer de una capilla ubicada en el valle de Schoenstatt, un antiguo lugar de peregrinación, donde María reinara y educara sus corazones.

Esto dio lugar a la primera Alianza de Amor que dio origen al movimiento apostólico de Schoenstatt. En 1919, al fin de la Primera Guerra Mundial, estos jóvenes entusiasmaron a sus camaradas hablándoles de aquella capilla, dedicada a la Madre tres veces admirable de Schoenstatt, como lugar de gracias.  

El padre Kentenich, quien mantenía contacto con estos jóvenes, vio cómo les nacía el deseo y ardor de seguir aquella invitación. Su respuesta significó para el sacerdote alemán una voz de confirmación de Dios y de María. La Virgen había tomado en serio el capital de gracias o conjunto de ofrecimientos de amor a ella.

El padre Eduardo Auza, sacerdote de Schoenstatt, explica el significado del capital de gracias: “Consiste en la colaboración libre, amorosa y generosa de cada uno de nosotros para vivir la santidad, ofrecimientos de amor de parte nuestra parte y de todo lo que se quiera ofrecer a la Virgen en el santuario”.

“´Nada sin ti, nada sin nosotros´ es el lema que sintetiza la Alianza de Amor, es decir, todo lo que hacemos, rezamos, sufrimos se lo ofrecemos a María como don de nuestro amor. Ella quiere, en alianza suya, pedirnos que colaboremos con ella y ella se encarga de educarnos”, explica el padre Auza.

Es de destacar el impacto que tuvo en el padre José Kentenich conocer la historia del famoso Santuario de Pompeya, en Italia, donde no se apareció la Virgen, sino que —por medio de la cooperación humana del hoy beato Bartolo Longo— este pueblo alejado de la religión, cambia y se acerca a la Dios.

Durante aquellos años preconciliares de la Iglesia Católica, el padre Kentenich tuvo claro que no era necesario que de la Virgen se apareciera para ser fieles a Dios y a ella. “Solo necesitamos mostrarle nuestro amor. Pidámosle a la Virgen que se quede en Schoenstatt como se quedó en Pompeya”, habría dicho su fundador.

Expansión de Schoenstatt

En 1941, el padre Kentenich es encarcelado por la Gestapo en Cobenza y luego enviado al campo de concentración en Dacahau por tres años. “Schoenstatt es hijo de la guerra, decía su fundador. A través de la Primera Guerra Mundial el movimiento creció en toda Alemania y través de las Segunda Guerra Mundial se internacionalizó. Fue un movimiento probado por la cruz.”, comenta Auza.

En el campo concentración en Dachau, Kentenich tomó contacto con sacerdotes y personas de otras naciones sobre Schoenstatt y quedaron entusiasmados. Siendo prisionero fundó el Instituto de los Hermanos de María y el Instituto de las Familias, laicos casados que quieren vivir el ideal de la familia de Nazaret.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, el padre Kentenich viajó a Sudáfrica, Brasil, Chile, Argentina y Uruguay para propagar la consagración a la Virgen y difundir la Alianza de Amor “para la aceleración de nuestra propia santificación y para la construcción del hombre nuevo para la nueva comunidad”, señaló Auza.

Durante 14 años el P. Kentenich fue separado de Schoenstatt y vivió en exilio en Milwaukee, Estados Unidos. A fines de 1965, a sus ochenta años, fue rehabilitado por el papa Pablo y volvió a asumir la dirección de Schoenstatt. Muere tres años después, el 15 de setiembre de 1968, después de celebrar misa en la iglesia de la Santísima Trinidad.

El P. José Kentenich murió como sacerdote diocesano en aquella fecha, día de la Virgen de los Dolores. Fue enterrado en la sacristía de aquella iglesia, justo en el lugar donde muere. La inscripción en su tumba, elegida por él mismo, fue “Dilexit Ecclesiam” que en latín significa “Amó a la iglesia”.

Actualmente, hay más de 200 santuarios de Schoenstatt en los cinco continentes. En Perú, hay santuarios filiales en Lima y Trujillo. Hay presencia del movimiento de Schoenstatt en Arequipa, Callao y Chiclayo. El 18 de cada mes, especialmente octubre, los miembros de la familia de Schoenstatt renuevan su Alianza de Amor a la Mater. 

El sacerdote ecuatoriano Eduardo Auza junto a un matrimonio de Schoeasntatt junto al altar interior del santuario original de Alemania. | Fuente: P. Eduardo Auza
Úrsula Delgado

Úrsula Delgado Periodista

Como periodista, me interesan especialmente los temas sociales, culturales, históricos y religiosos. Desde ese interés, quiero usar este espacio para hablar de la persona y la familia, compartiendo contenido relevante, que nos recuerde la inagotable profundidad de la riqueza que compartimos.

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