Cuando éramos niños deseábamos ser policías, bomberos o astronautas, pero al crecer supimos que tuvimos que elegir algo a qué dedicarnos; a ser abogados, mecánicos o enfermeros, porque sabíamos que no podíamos hacer todo bien y que debíamos aprovechar nuestras habilidades y recursos.
Eso mismo sucede con los países, que si no se especializan, dejan de ser competitivos. A muchos nos gustaría que el Perú sea pionero en inteligencia artificial como Estados Unidos, o un gran productor manufacturero como China, pero ¿tenemos realmente ventajas para competir en esos temas? Probablemente, no muchas; pero sí las tenemos, quizás, en algunos sectores.
Por ejemplo, las tenemos en la agroindustria, sobre todo, porque tenemos grandes extensiones cultivables y nuestro clima nos permite cada año entrar en los mercados mundiales en momentos en que los productos tienen los precios más altos. ¿Se imaginan si además de esa ventaja natural, difícilmente copiable, nos excusáramos como país a ser el mejor en tecnología integral para la agroindustria?
También tenemos ventajas en la minería porque nuestra columna vertebral, la Cordillera de los Andes, está llena de minerales valiosísimos para el mundo, clásicos como el cobre o modernos como el litio; y, además, a muy poca distancia del mar, que es el camino para los grandes mercados internacionales. ¿No sería bueno si todos, universidades, oenegés y diversas industrias nos especializáramos en hacer una minería más productiva, pero a la vez que preserve el medio ambiente?
Y ahí está turismo porque, a diferencia de España o de Grecia, cuyo atractivo es el pasado, nosotros no tenemos que disfrazarnos para mostrar nuestra historia viva. Esa cultura que se encuentra en todos nuestros pueblos. ¿No seríamos una potencia mundial de turismo si todos nos dedicáramos, realmente, a fomentarlo?
¿Y qué pasaría con los otros sectores? Se preguntará usted, paisano y paisana. Sin duda, podrían seguir desarrollándose, pero, sobre todo, podrían crecer mucho si se orientaran a apoyar los grandes sectores escogidos. ¿Por qué no ser líderes en metal mecánica para la minería? ¿O en banca para el turismo? ¿O en manufactura de envases para la agroindustria, en capacitación, en desarrollo de servicios o de robotización para estas actividades? Todos tendrían un mercado asegurado y crecería.
¿No será, paisano y paisana, que al tener tantos recursos no nos desarrollamos más porque no nos concentramos en ser líderes en algo y tratamos de hacer de todo a la vez? ¿No será que, como país, debemos hacer lo mismo que cuando jóvenes elegimos la profesión u oficio al que queremos dedicarnos? Les dejo la pregunta: ¿cómo podemos aprovechar mejor las ventajas diferenciales que tenemos como país?
Comparte esta noticia
Siguenos en