Una mirada positiva podría mostrarnos que la Inteligencia Artificial (IA), unida a la creatividad peruana, en vez de hacernos perder competitividad internacional, como muchos afirman, puede servir para hacernos crecer.
Durante la mayor parte de la historia, las mayores innovaciones tecnológicas se generaron y fueron utilizadas sólo por los países más avanzados. Así, la invención del telar a vapor, por ejemplo, permitió a Inglaterra dominar el mundo con sus textiles, y el desarrollo del automóvil convirtió a Estados Unidos en una gran potencia. Y pudieron serlo porque eran los únicos que tenían acceso a esas tecnologías. Esa situación comenzó a cambiar radicalmente cuando la globalización y el internet permitieron que el conocimiento se difunda más rápido y a menor costo en todo el planeta.
Y si ya no sorprende que nuestros empresarios pequeños le pidan al “maestro Google” que les enseñe a ahorrar tela o a hacer soldaduras más eficientes, con la Inteligencia Artificial esa facilidad se multiplica infinitas veces. La IA como se le llama, y sus mejoras, hoy están disponibles en todo el mundo casi al mismo momento de su lanzamiento. Así hoy, con aplicaciones gratuitas o de precios accesibles, usted paisano, paisana, puede pedirle al ChatGPT que lo ayude, por ejemplo, a mejorar su productividad agrícola o manufacturera.
¡Pero los que producen la tecnología siempre la aprovechan primero! dirá usted, y no se equivoca, pero su ventaja hoy es más corta, pues la competencia entre desarrolladores de software es inmensa. No olvidemos que, a diferencia de producir cobre, café o algodón, que necesitan condiciones geográficas excepcionales como las nuestras, el software puede desarrollarse en cualquier lugar del mundo, en Francia, Suecia o Vietnam.
Por ello, así como los países del norte utilizaron la sobreabundancia de petróleo en el sur para desarrollar sus industrias, hoy es el momento de que los países del sur aprovechemos la gran accesibilidad de los softwares para producir más minerales o mejores alimentos que ellos no pueden. A río revuelto de productores de tecnología, ganancia de utilizadores.
¿Lo que decimos no le suena creíble paisano, paisana? Pregúntele al mismo GPT, y verá. Yo lo hice y me contestó lo siguiente: “La Inteligencia Artificial no compite con los recursos naturales, sino que puede ayudarnos a gestionarlos y preservarlos de manera más efectiva”. Si la misma IA lo dice ¿no cree usted que deberíamos aprovecharla más?
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