En septiembre del 2020, en plena pandemia, el departamento de investigaciones del Deutsche Bank concluyó que el mundo estaba a punto iniciar una “era del desorden”, que se desataría en los próximos diez años. Es decir, entre 2021 y 2030. En ese periodo de desorden estructural a nivel global, se caracterizaría, entre otras cosas, por un freno considerable de la globalización y políticas proteccionistas, por un aumento considerable de la deuda pública a nivel global, por la aparición de burbujas tecnológicas en medio de enormes brechas científico tecnológicas y por una creciente aversión a las formas de gobierno más generalizadas, debido a las desigualdades de ingreso. En suma, estaban dadas todas las condiciones para un periodo expresamente problemático, cuyo derrotero era muy difuso.
Al parecer la investigación del Deutsche Bank fue muy acertada en sus ejes centrales, pues a mediados de la década del veinte, se puede decir que nos encontramos en medio de una “era del caos”. En ese sentido, en su discurso del 7 de febrero, Guterres considera que los mecanismos que han asegurado el orden internacional por décadas ya no son competentes. Pues estuvieron diseñados para un mundo bipolar, dominado por dos superpotencias. Pero en lo que va del siglo, hemos avanzado hacia mundo multipolar, con agendas e intereses cada vez más opuestos. De ahí que Guterres afirme que, sin formas de control internacional, “nuestro mundo está entrando en una era de caos”.
La ausencia de una arquitectura legal internacional tiene un amenazador efecto: “una peligrosa e impredecible batalla campal con total impunidad, donde los estados están compitiendo para hacer que sus arsenales nucleares sean más rápidos, sigilosos y precisos”. La guerra entre occidente y Rusia en Ucrania, la Guerra entre Israel y el mundo musulmán en Gaza, los problemas del transporte marítimo en el Mar Rojo y el Canal de Panamá, la competencia entre China y los Estados Unidos por la hegemonía mundial, el auge de los extremismos ideológicos en muchos países, el aumento de las desigualdades de todo tipo, el descontrolado uso de la IA, las consecuencias objetivas del cambio climático, etc., están llevando al mundo a un escenario de incertidumbre no conocido.
Por lo que se puede advertir, este discurso de Antonio Guterres, evidencia el grado de conmoción que muchos están avizorando como rasgos de esta época. Ciertamente, el mundo nunca ha sido un lugar totalmente seguro para la especie humana. Pero es claro que los niveles de complejidad y conflicto han ido creciendo en los últimos cien años, sobre todo en el último cuarto de siglo, cuando se ha evidenciado la emergencia de un mundo abiertamente multipolar, en medio de la mayor disrupción científico tecnológica de la historia: la evolución de la inteligencia artificial, la eliminación técnica de la muerte natural y el inicio de la economía espacial. La era del caos es el nacimiento de un nuevo mundo que aun no podemos vislumbrar en plenitud.
Comparte esta noticia
Siguenos en