No debemos olvidar que muchas de las ideas filosóficas, políticas, científicas, económicas, etc., que nos acompañan en el último siglo, surgieron a la luz de grandes debates, entre académicos o entre escuelas de pensamiento. Muchos de los cuales sólo eran conocidos en el ambiente intelectual pero que, una vez transcurrido el tiempo de recepción universitaria, esas ideas empezaron un periplo de comunicación más amplia; llegando a ser parte de la estructura mental de muchas personas.
Los que estudiamos historia de las ideas, historia de la ciencia, historia intelectual o sociología del conocimiento, solemos dedicar una parte de nuestra actividad a rastrear la manera cómo surgieron determinadas ideas – filosóficas, políticas, etc.- y de qué forma tuvieron diversos impactos. En ese estudio nunca falta la presencia de los grandes debates que no debemos pensarlos como si fuera una confrontación televisiva entre adversarios políticos o una pelea de boxeo. Los debates intelectuales son lentos, pausados; se desarrollan a lo largo de los años y muchas veces se realizan cuando uno de los “contendientes” ya está muerto. ¿Entonces por qué se llevan a cabo? Porque una de las partes considera “peligrosas”, “falsas”, “prejuiciosas”, las ideas del contendiente. Aquí no existe necesariamente una animadversión personal. Se trata de “lucha” entre ideas.
Recordamos algunos debates que se realizaron en la última centuria. Algunos de los cuales han dejado huella en la cultura académica y en la sociedad. Otros, todavía se están dando. Entre los que recordamos en este momento, se vienen a la memoria los siguientes. Leo Strauss (1899-1973) y Karl Popper (1902-1994), sobre el totalitarismo y las ideas que lo sostienen. John Keynes (1882- 1945) y F. A. Hayek (1899-1992), las consecuencias de la intervención estatal en la economía y en la sociedad.
También, Karl Popper y Theodore Adorno (1903-1970), sobre si las ciencias sociales son realmente ciencias. Asimismo, Karl Popper y Hans Kuhn (1922-1996), sobre si la historia de la ciencia experimenta solo una evolución epistemológica o intervienen elementos externos (sociedad, cultura, etc.).
Karl Lowith (1897-1973) y Hans Blumenberg (1920-1996), sobre la relación entre el tiempo y la secularización. Asimismo, Jürgen Habermas (1932) y Jean F. Lyotard (1924- 1998), sobre si la "modernidad" ha sido superada o permanece inconclusa. También, Jürgen Habermas, entre la teoría crítica en contra del racionalismo critico de Hans Albert (1921).
Uno muy célebre fue entre Jean Paul Sartre (1905-1980) y Raymond Aron (1905-1983), sobre si el compromiso intelectual es con la búsqueda de la verdad (Aron) o con una causa ideológica (Sartre). También, sin llegar a debatir abiertamente, Simome de Beauvoir (1908-1986) y Hanna Arendt (1906-1975), sobre si el género es construido o si tiene un asiento natural siendo construido. Acerca de este tema, Judith Butler (n. 1956) y Berenice Levet (n. 1971), sobre si el "enfoque de género" es “ideología fanática seudocientífica” (Levet) o una “teoría postmetafísica” (Butler).
Ciertamente algunos lectores, a partir de sus ideas, toman parte de alguno de los “bandos” de discusión. Los más distantes, observarán el debate como un objeto de estudio, en donde se manifiesta el devenir contradictorio de las teorías. Lo importante es saber que esas nociones que a veces tan ardorosamente se defienden, tienen una historia, un proceso y que son producto de aquello que queremos ser ¿Debates en el Perú? Los ha habido, pero pocos en las últimas décadas. Lamentablemente la hegemonía académica de determinadas teorías no ha permitido el debate. Eso es algo que se debe estudiar críticamente.
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