Comencemos a reflexionar sobre qué es lo que buscamos y nuestros logros.
Pedir un ascenso es una de las conversaciones más difíciles a tener. Tenemos a temor a ser percibidos como egocéntricos o que no estamos satisfechos. Nos sentimos vulnerables y sin control de la situación, pues nos sometemos a la decisión de nuestros jefes y a su juicio, la cual puede resultar en una respuesta negativa que refleje que no se nos considera preparados.
Sin embargo, en la carrera profesional, requerimos de sobreponernos al temor para llevar a cabo esta discusión. Hay un grado de auto-ascenso del cual debemos convencernos y pensar que, si no lo preguntamos, jamás lo obtendremos. ¿Cómo podemos prepararnos?
Debemos comenzar por reflexionar sobre qué es lo que buscamos. ¿Queremos más responsabilidad?, ¿un mejor salario?, ¿más flexibilidad?, ¿estamos listos a escuchar otras propuestas que sean distintas a lo que buscamos? Cuando hayamos logrado identificar el objetivo, preguntemos a otras personas que han logrado un ascenso cómo lo lograron, pues esto podría darnos algunas ideas de estrategias que funcionen para llevar a cabo la conversación.
En este punto, conocemos nuestro objetivo, por lo que es necesario construir un caso de las razones por las que merecemos el ascenso. Escribamos 1 o 2 hojas con nuestros principales logros en la empresa para demostrar nuestra curva de crecimiento. En esta, debemos de incluir métricas medibles sobre nuestros logros, los cuáles pueden ser cuántos proyectos hemos terminado, logros financieros para la empresa o soluciones a problemas que el área haya enfrentado.
Evitemos ser agresivos. Por ejemplo, si recibimos otras ofertas laborales, estas pueden servir para conocer nuestro valor en el mercado o para nutrir la confianza en nosotros mismos, pero utilizarla como ultimátum podría ser peligroso, pues podría tener un impacto negativo en la relación con nuestros jefes.
Por el contrario, lo que buscamos es mostrar a nuestros jefes que tenemos la experiencia necesaria, el compromiso y la capacidad de mejorar el desarrollo de los productos, procesos o servicios de la empresa. Finalmente, recordemos que no hay peor fracaso que el no haber intentado. Inclusive si la respuesta no es la que buscamos, obtendremos retroalimentación que nos ayudará a mejorar.
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