Cuando pensamos en las ganancias de la globalización y del comercio internacional, los principales ganadores somos las economías emergentes que abrimos las puertas a la inversión en capital de largo plazo que pueda incrementar el ingreso por un aumento en las exportaciones. No obstante, la tasa de crecimiento de los niveles de importación mundial fue negativa por primera vez el año pasado y todo parece indicar que esta sigue siendo la tendencia a inicios del 2023.
El temor por los economistas de que estemos frente a una recesión o que estemos a puerta de una es una advertencia, pero las más afectadas frente a esta alarma son las economías emergentes, quienes son menos atractivas como destino de inversión cuando hay un menor apetito por el riesgo.
Empecemos por entender por qué el crecimiento es menor este año. La principal razón es que estamos viviendo los efectos de las diferentes políticas en el comercio de la era post-covid. Por ejemplo, mientras que varios países implementaron políticas en el ingreso disponible, a través de cupones o de bonos, para impulsar la demanda, otras economías como China tras cerrar fronteras impulsaron a sus trabajadores a producir más, esto es, impulsaron la oferta. Esto llevó a un impulso en el comercio que no habíamos visto en mucho tiempo. Pero tras este periodo, el menor crecimiento en China ha llevado a una desaceleración del comercio, impulsada por los menores niveles de confianza en su economía.
Por otro lado, enfrentamos asimismo una menor demanda a nivel global, como efecto de la inflación en el último año, que llevará asimismo a un menor crecimiento. Para información, en la última década el crecimiento en el comercio mundial fue menor al del crecimiento en el PBI mundial. Precisamente, cuando la tasa a la que el mundo crece es mayor a la del comercio, las economías que dependen de este último son las menos beneficiadas.
Esto no parece que mejorará, ya que el objetivo de los bancos centrales es detener la inflación y retomar el control.
En Perú, nuestra economía ha sido largamente beneficiada por el comercio, pero no somos ajenos a los efectos de la desaceleración en el comercio y la inflación. Por tanto, nuestro reto es el de mantener el atractivo de inversión en nuestro país, mientras que controlamos la inflación y nos protegemos de los efectos de una posible recesión.
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