Antes de la pandemia, recuerdo que durante los fines de semana los cines se encontraban completamente llenos y era difícil conseguir entradas para las películas más conocidas. Luego, llegó la pandemia y nuestras costumbres cambiaron. Para muchos, las actividades que se realizan fuera de casa, como visitar un centro comercial, pasaron a requerir de una ocasión especial y dejaron de ser parte de nuestras actividades recurrentes.
Considero que las salas de cine son un perfecto ejemplo de cómo el cambio en nuestras preferencias puede afectar una industria. Pensemos en la secuela de Dune que se estrenó recientemente. En su primera semana de estreno se convirtió en la 112va. película más taquillera de todos los tiempos. Aunque esto no suene tan impresionante, es más interesante cuando aclaramos que es también la 7ma más taquillera en cines premium (4dx, IMAX, Dolby), que compuso ¼ de su recaudación total.
El año pasado, esta industria experimentó su mejor año en recaudación pospandemia, pero sigue siendo una industria que no ha logrado recuperarse, situándose a un 20% de tickets por debajo de sus niveles prepandemia.
Entonces, ¿qué puede hacer la diferencia? El valor agregado. Las personas sí están dispuestas a seguir consumiendo, pero requieren de una buena razón que las atraiga a flexibilizar sus preferencias. Para muchos, el ir al cine no añade un valor más que mirar alguna otra película del gran catálogo que los servicios streaming proponen desde casa. No obstante, están dispuestos a hacerlo cuando las salas sirven al propósito de la película (una imagen más grande, mejor sonido, mayor comodidad).
Así como esta, existen otras industrias que se han visto afectadas por los hábitos postpandémicos. Por tanto, la innovación y la retención del consumidor son áreas que debemos de comenzar a mirar con mayor atención, pues es probable que los tiempos prepandemia no regresen.
https://edition.cnn.com/2024/01/02/business/us-box-office-2023-best-since-before-pandemic/index.html
Comparte esta noticia
Siguenos en