La curiosidad como herramienta

En un mundo lleno de distracciones digitales y tentaciones, la curiosidad a menudo se convierte en el caballo de Troya que interrumpe nuestra productividad. ¿Pero y si pudiéramos transformar esa curiosidad desorientada en una fuerza poderosa que impulse nuestra creatividad, innovación y productividad?

| Fuente: Unsplash

Cuando no logramos concentrarnos, nuestra mente nos propone alternativas de consumo rápido como mirar videos en redes sociales o buscar precios de vuelos para nuestras próximas vacaciones. Estas alternativas de “consumo rápido” no representan un mayor esfuerzo, por lo que nuestra mente nos sugiere desviar nuestra atención, muchas veces por un tiempo más prolongado al previsto inicialmente.

La curiosidad desorientada interrumpe nuestra productividad y nos dirige por un camino más largo para alcanzar el objetivo planteado. Eventualmente, esto nos llevará a que el estrés comience a acumularse y que dispongamos de menos horas para cumplir con la fecha límite de un importante proyecto, teniendo que pasar largas horas en la noche para finalizarlo.

Por otro lado, tenemos la curiosidad intencional, aquella en la que tomamos una decisión con la intención de pensar creativamente y que podría incrementar nuestra creatividad, innovación y productividad.

Para poder crear esta curiosidad intencional, identifique actividades que podrían ser útiles y dedique tiempo a indagar más, esto puede ser desde buscar cómo mejorar una presentación efectiva, cómo negociar, cómo mejorar nuestra comunicación, etc. Asimismo, puede aplicar la curiosidad para resolver problemas. Por ejemplo, la próxima vez que encuentre un problema en la rutina del trabajo, busque ahondar en las razones por las que este problema es recurrente. En muchas ocasiones, encontrará que existe espacio para mejorar. Esta exploración podría ser difícil en un inicio, pero llegar hasta la raíz podría desbloquear la solución a un problema recurrente.

Finalmente, exploremos aquello que nos genera estrés en la vida cotidiana, esto es, explorar el abanico de pequeñas mejoras para evitar los estresores en nuestra rutina. La curiosidad nos llevará a hacernos preguntas como: ¿puedo hacer mi trabajo más gratificante?, ¿puedo ser más eficiente para terminar más temprano y poder dedicarme a mis actividades personales? Esta curiosidad productiva nos ayudará a reflexionar sobre aspectos de productividad en nuestro trabajo, pero también nos ayudará a forjar mejores relaciones y aliviar el estrés.

Director General de CENTRUM PUCP Business School, Doctor en Administración de Empresas de Maastricht School of Management, Doctor en Administración Estratégica de Empresas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Magister en Administración de Empresas y Licenciado en Economía de la Universidad Pacífico, Investigador y Profesor Distinguido por excelencia académica y producción intelectual CENTRUM PUCP.

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