Hace poco más de una década invertí en un buen cuchillo de cocina profesional que hasta el día de hoy sigo utilizando. Comparado a muchos de los otros utensilios que compré en oferta en años más recientes, muchos de estos deberán ser repuestos en poco tiempo, mientras que aquel que compré hace más de una década quizás pasará a la siguiente generación.
Pero la verdad encasillada es aún más preocupante. La moda rápida, los productos de baja calidad y el afán por crear productos efímeros en aras de un menor costo y, por ende, menores precios para el consumidor están causando un gran impacto ambiental a nuestro planeta. Esta obsesión por tener el último artículo tecnológico ejerce una presión enorme en la búsqueda de recursos minerales, mientras que la extracción de caucho impacta la Amazonía. El proceso de conversión de estas materias es el principal culpable del 20% de las emisiones de carbono mundiales.
A esto agregamos que las personas de menores recursos son las principalmente afectadas, pues son más vulnerables a cambios en temperaturas y a la polución en el agua o en la calidad del aire. Zhang et al. (2017)(*) encontró que un 12% de muertes prematuras en el mundo se debían a la contaminación proveniente de otros países, y un 22% estaban asociadas a la producción de bienes y servicios.
En un mundo en el que nos resulta más fácil cambiar nuestros equipos en vez de repararlos, la tendencia hacia el consumismo está trayendo consecuencias. Pero gran culpa del problema reside en los productores, quienes crean productos de poca duración o incluso los programan para acortar su vida útil en pocos años.
Una revolución de la calidad será inminente, pues los recursos ambientales no pueden seguir el ritmo al que producimos hoy en día. En ello, el gobierno también jugará un rol, pues se requieren políticas y legislación que prioricen las buenas prácticas. Si podemos elegir mejor calidad como un equivalente de vivir más responsablemente, tendremos un mejor chance de preservar aquello que no podemos renovar: nuestro planeta.
(*) Zhang, Q., Jiang, X., Tong, D. et al. Transboundary health impacts of transported global air pollution and international trade. Nature 543, 705–709 (2017). https://doi.org/10.1038/nature21712
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