El eterno estudiante

En un mundo en constante evolución, abrazar el aprendizaje es abrazar la libertad intelectual y el crecimiento personal. Cada día es una oportunidad para regresar al aula de la vida y seguir descubriendo quiénes somos y lo que podemos llegar a ser.

| Fuente: Unsplash

Todos los años estoy presente durante la inauguración de nuestros programas de maestría y doctorado y todos los años veo nuevas personas que llegan contentas por iniciar algo nuevo: el regreso a las aulas. Sin embargo, no para todos es felicidad. En algunos casos, existen estudiantes que se sienten muy mayores para la universidad. Entre risas, algunos me han comentado que se sentían los eternos estudiantes. Esta frase me quedó resonando en la mente.

A menudo utilizamos esta expresión de manera peyorativa para referirnos a alguien que se queda estancado o que continúa cambiando de carrera; sin embargo, utilizamos mal el término. ¿No es acaso la vida un viaje de aprendizaje? Por el contrario, todos deberíamos ver el conocimiento como una forma de libertad.

Todos tenemos maneras distintas de aprender: existen aquellos que miran con detenimiento todo lo que les enseñan y buscan criticar los conceptos y la lógica detrás de la teoría. Mientras que otros buscan aprender a través de la imitación, buscando adaptar a su manera lo que practican. Sea cual sea la manera en la que aprendamos, al final el objetivo es el mismo: ser libres de razonar de manera independiente tras aprender de otros.

La gratificación que sentimos en un aula resulta de aprender quiénes somos y de lo qué somos capaces. Este viaje es placentero porque lo hacemos junto a otras personas. Por otro lado, el eterno estudiante aprende a ser libre a través de la curiosidad y de la creatividad en su propio beneficio y sin cese. Precisamente por ello es difícil convertirnos en estudiantes eternos, pues mientras crecemos perdemos la humildad de aprender. Llegamos a una etapa en la que se considera que como adultos debemos tener la autoridad y la certeza de saberlo todo.

El tiempo de aprendizaje no debería acabarse el día que levantamos el diploma ni tampoco deberíamos celebrar solamente el día del retorno a las aulas. El filósofo Immanuel Kant consideraba que la educación era la única forma de ser libres. Por ello, para todas las personas que buscan ser libres, todos los días deberían ser días de retorno a clases.

Director General de CENTRUM PUCP Business School, Doctor en Administración de Empresas de Maastricht School of Management, Doctor en Administración Estratégica de Empresas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Magister en Administración de Empresas y Licenciado en Economía de la Universidad Pacífico, Investigador y Profesor Distinguido por excelencia académica y producción intelectual CENTRUM PUCP.

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