Una vez un profesional destacado me comentó que recibía ofertas laborales a menudo que, a veces, le proponían un mejor salario, o una condición que podría ser atractiva para él, pero al final, su respuesta siempre era negativa. ¿Por qué? Le preguntaba. A lo que me respondía: “Porque me siento bien en mi empresa, respetan mi equilibrio personal, tengo su confianza para tomar decisiones y puedo seguir evolucionando”.
En la mayoría de las encuestas sobre las prioridades que buscan los trabajadores en las empresas, el balance entre la vida laboral y personal siempre es mencionada en alguna de las primeras posiciones. Y, al mismo tiempo, aunque repetidas veces haya sido mencionada como un aspecto importante, sigue siendo una de las principales razones por las que las personas deciden renunciar a su puesto laboral.
El ascender dentro de una empresa usualmente requiere que los empleados atraviesen una variedad de situaciones, entre las cuáles habrá días que sean divertidos y amenos, y otros que serán, por el contrario, estresantes. Sin embargo, para los empleados, una de las principales disyuntivas que atraviesan en la vida es cómo manejar la cantidad de tareas que tienen en tanto en su vida laboral como en su vida personal sin que una tenga impactos negativos en la otra. Frente a este dilema, tanto las empresas como los trabajadores tienen que tomar acciones para encontrar una solución.
Quizás la pandemia nos había enseñado a valorar más nuestro tiempo personal, dándonos la posibilidad de poder hacer teletrabajo de manera regular, un beneficio que nos permitía poder dedicar un poco más de tiempo a nuestras actividades personales, pero con el retorno a la normalidad, los trabajadores también deben de establecerse límites a respetar que permitan un correcto balance entre estos dos aspectos. Esto no quiere decir que, ocasionalmente, una persona no pueda permitirse tomar unas horas del trabajo para atender un asunto personal, o viceversa, pero que una persona sienta que respeta su equilibrio laboral-personal es importante.
E, igual de importante, las empresas tienen que comenzar a tomar mayor iniciativa en dar confianza a sus trabajadores, mostrar, asimismo, que confían en su capacidad de ser autónomos y funcionales aún si están en teletrabajo o si requieren de tomar, a veces, un poco de su tiempo laboral para atender prioridades personales. Un empleado que se sienta seguro tendrá un mayor compromiso y un mucho menor riesgo de renunciar.
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