Esta medida sin precedentes para una primera temporada, afectará significativamente los mercados, las utilidades de las empresas, los ingresos de los trabajadores y los proveedores locales, especialmente en ciudades como Chimbote, Pisco, Chancay y Chicama, donde esta actividad es vital.
Hace unos días, el Ministerio de la Producción tomó una difícil decisión: no habrá primera temporada de anchoveta este año. Esta medida sin precedentes para una primera temporada, afectará significativamente los mercados (aproximadamente el 70% se vende a China), las utilidades de las empresas, los ingresos de los trabajadores (tanto en planta como en flota, con aproximadamente 20 mil empleos directos) y los proveedores locales, especialmente en ciudades como Chimbote, Pisco, Chancay y Chicama, donde esta actividad es vital.
Aunque la contribución al PBI es relativamente pequeña (poco más del 1% si consideramos la extracción y el procesamiento de toda la actividad pesquera), cada décima cuenta en tiempos de escaso crecimiento. Por otro lado, la pesca es la cuarta actividad generadora de divisas, después de la minería, la agroexportación y el gas. Según el BCR, aproximadamente el 3.6% de las exportaciones totales del 2022 provienen de harina y aceite de pescado.
El inicio de las actividades pesqueras, a través de una "pesca exploratoria", reveló que no solo era biológicamente inviable tener una temporada, sino también lo era política y socialmente. Las capturas abrumadoramente compuestas por juveniles no son sorprendentes si tenemos en cuenta las estimaciones del crucero de verano del IMARPE. Además, la dificultad para encontrar cardúmenes (debido al calentamiento del mar causado por el Fenómeno El Niño Costero) y las advertencias de los tripulantes desde el primer día de las faenas (recordando el cierre de la segunda temporada del 2022 debido a la alta presencia de juveniles, solicitado por todos los gremios de pescadores industriales) llevaron al Ministerio de la Producción a tomar una necesaria y responsable decisión.
Ahora es necesario establecer un programa de seguimiento de la condición de la anchoveta (influenciado por la evolución del Fenómeno El Niño, que la NOAA ha declarado que ya ha comenzado) y tomar medidas excepcionales que brinden liquidez a los trabajadores de esta actividad. Aunque las dificultades serán considerables en el corto plazo, no hay duda de que la prioridad es la sostenibilidad del recurso y, por lo tanto, la continuidad de esta actividad, por lo que la precaución debe prevalecer.
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