Somos el promedio de las 5 personas que nos rodean

Este artículo solo busca honrar el poder de la solidaridad. Jim Rohn dice que “somos el promedio de las 5 personas que nos rodean”. Si es así, entonces tengo un maravilloso promedio. Me quedo con la bondad que surgió en los momentos más complicados.

| Fuente: Freeimages

Y así, sin darme cuenta, estoy sentada en la sala de embarque esperando mi regreso ha Lima. Han sido tres días intensos como hacia tiempo que no me tocaban vivir.

Había planeado este viaje desde el año pasado. Hemos pasado semanas, días enteros definiendo el detalle los guiones, los tiempos y alcances de mi primera grabación en Chile. Me sentía afortunada y bendecida por tener la oportunidad de contribuir más allá de los límites de mi país.

De pronto, faltando poco menos de un mes para mi viaje y a punto de comprar los pasajes, recibo la llamada de mi mejor amiga (tengo la fortuna de tener una hermana de alma, somos amigas desde el primer año de primaria y estar juntas es de las cosa que más disfruto). Mi amiga me cuenta que estará en Lima durante la semana que estoy en Chile. Ok, tengo que dar un par de pasos para atrás y ya no me quedo a pasar el “fin de semana de soltera en Santiago”. Cambio los pasajes y decido volver a Lima en el ultimo vuelo del viernes para estar con ella al menos el fin de semana.

Avanzan los días y, oh sorpresa, a mi esposo le sale un trabajo en provincia justamente los días en lo que yo estaré fuera de Lima. Pero bueno, Margarita (mi mano derecha e izquierda en casa) estará ahí.

La semana previa para salir de viaje, Margarita me comenta que le han dado cita para la operación al ojo que estaba buscando hacía casi un año. La operaban el lunes y necesitaba 15 días de descanso… ¿y ahora? ¿Con quién se quedaría mi hija de 10 años?

Movimos cielo y tierra, pedimos ayuda, buscamos diferentes opciones y finalmente logramos cubrir los días en lo que no estaríamos en Lima. Ufff. Ahora sí. A disfrutar la aventura….

El taxi pasaba por mí el miércoles a las 5:00 a.m. Cuando estaba por salir, se acerca mi hija diciendo: “Mami me duele la garganta”.. Le di unos multibióticos y le pedí que descanse.

Aterrizo en Chile y encuentro 2 llamadas perdidas del colegio y un par de mensajes de WhatsApp en el que me decían que habían regresado a Arianna porque se sentía mal y que en ese momento estaba con fiebre.

Así llegue a Chile. Así fue el aterrizaje de un viaje soñado. Gracias a Dios, Margarita (nuestro ángel guardián) se fue a pasar su recuperación a casa con Arianna. Por mi parte, lo que seria una tarde tranquila se convirtió en un momento de mucha angustia y cuestionamientos.

Como todo en la vida, las cosas se ordenaron. Arianna está bien, mi esposo ya en casa y yo a punto de abordar el avión que me regresará a casa.

Se suponía que este sería un artículo sobre aprendizajes profesionales. Pero no, este artículo es, básicamente para poner en valor, reconocer y agradecer a todas esas personas que estuvieron ahí para acompañar a mi hija y a mi familia durante mi ausencia. Este artículo solo busca honrar el poder de la solidaridad.

Jim Rohn dice que “somos el promedio de las 5 personas que nos rodean”. Si es así, entonces tengo un maravilloso promedio. Me quedo con la bondad que surgió en los momentos más complicados. Me quedo con la calma que me dieron estando a la distancia. Me quedo con el corazón cargado de gratitud y lista para volver a casa cargada de aprendizajes.

Claudia Draghi

Claudia Draghi Coach ejecutiva y de equipos

Docente de Pacífico Business School. Business & Team Coach (ICC, Londres). Administradora y consultora en liderazgo, servicio y procesos de transformación cultural.

Tags

Suscribirte al newsletter de tus noticias preferidas

Suscríbete a nuestros newsletter y actualiza tus preferencias

Buzon
Al suscribirte, aceptas nuestras políticas de privacidad

Contenido promocionado

Taboola