Escrito por Santiago Bedoya
La liberación de Antauro Humala, líder del movimiento etnocacerista y autor del Andahuaylazo, supone un punto de inflexión para la política radical en el Perú contemporáneo. Humala Tasso, liberado tras 17 años en prisión, se encuentra en el centro de una de las corrientes políticas más radicales y extremistas vistas en el país, con una agenda programática la cual incluye paquetes de estatización en los sectores de energía y minas, además de una retórica caracterizada por alusiones a la supremacía racial y la xenofobia. Esto podría ser una presión para el gobierno de Pedro Castillo, ya que la demanda por políticas públicas más radicales será mayor.
Sin embargo, es importante presentar una pregunta clave - ¿Qué repercusiones políticas puede tener la liberación del líder etnocacerista en unas futuras elecciones?
Para poder ejecutar un acercamiento a esta pregunta, en primer lugar es vital tener en consideración la caracterización de Humala ante el electorado. A pesar que es recibido con entusiasmo por un sector más radical y antisistema, este sector no es mayoritario. En base a lo hallado por el Centro Wiñaq a través de diferentes grupos focales periódicos que realizamos, se han podido identificar varias características que serían pasivos políticos para una eventual candidatura. Entre ellos está el radicalismo, la violencia, la criminalidad y la poca estabilidad hasta sicológica.
Antauro Humala como individuo no goza solamente del rechazo de amplios sectores del electorado, pero adicionalmente, existen un número de grupos políticos que también rechazan su proyecto político. Entre estos, y de forma notable, se encuentran diversos grupos de izquierda, en especial de corriente progresista, tal y como el Movimiento Nuevo Perú de Verónika Mendoza, la agrupación Juntos Por el Perú y el Frente Amplio. Estos grupos han expresado su rechazo a Humala basándose en una agenda la cual describen como reaccionaria, basándose en su ya mencionada retórica racialista a favor de la supremacía de una supuesta “raza cobriza”.
Sin embargo, el arrastre político de Antauro Humala como personaje político es algo digno de ser examinado, tal y como se vio con el éxito electoral del partido político “Unión Por el Perú” en las elecciones legislativas extraordinarias del 2020. La agrupación, originalmente fundada por el diplomático Javier Pérez de Cuéllar, pasó a ser controlada por el etnocacerismo, y gracias a su asociación con Humala, logró más de un millón de votos y un total de 13 escaños en el parlamento. Más allá de sus posibilidades para alcanzar la presidencia, un impacto mucho más probable es el arrastre de congresistas que conseguiría en una primera vuelta. Esto sería significativo por el tipo de agenda pública que lograrían poner en debate desde el Congreso, en particular si alcanzan una bancada de algunas decenas de congresistas.
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