Los derrames petroleros tienen consecuencias sumamente graves en los ecosistemas y también en las personas. De acuerdo con Markleen, empresa noruega especializada en el diseño, fabricación y suministro de equipos contra la contaminación producida por derrames de hidrocarburos en el mar, los derrames de petróleo tienen tres efectos principales en el medio ambiente.
El primero es que inmediatamente después del derramamiento, se genera una capa aceitosa sobre la superficie del océano que bloquea el paso de la luz durante varios días. Si esto no se limpia rápido, no se produce fotosíntesis, condenando a la muerte a las plantas marinas. En segundo lugar, el petróleo comienza a afectar capas más profundas del mar. Debido a su enorme toxicidad, se genera la desaparición de una infinidad de microorganismos. Finalmente, se daña de manera irremediable a todos los seres vivos que forman parte del ecosistema marino en cuestión, dado que sus fuentes de nutrición y su sistema de reproducción sufren alteraciones graves.
Por otra parte, los derrames de petróleo también afectan la salud humana. La severidad de la afectación depende del tipo de petróleo volcado, dónde se dio el incidente (mar, río, tierra), el nivel de exposición, entre otros factores. Las personas que limpian los derrames petroleros deben estar capacitadas y contar con equipos de protección adecuados, no cualquiera pueda limpiar derrames petroleros. Entre los riesgos que existen para la salud humana están la irritación cutánea y ocular, problemas neurológicos y respiratorios, y estrés.
Desgraciadamente la historia moderna está plagada de catástrofes ecológicas generadas por derrames petroleros. De acuerdo con Cable News Network (CNN en español), el peor derrame petrolero de la historia ocurrió durante la Guerra del Golfo. En enero de 1991, fuerzas armadas iraquíes, bajo las órdenes de Saddam Hussein, liberaron intencionalmente entre 252 y 336 millones de galones de petróleo en el Golfo Pérsico.
Sin embargo, gran parte de estas tragedias han estado vinculadas a enormes empresas petroleras, destacan dos por su magnitud, el Exxon Valdés en Alaska y British Petroleum en el Golfo de México.
El 24 de marzo de 1989, el petrolero Exxon Valdez encalla en Prince William Sound, Alaska, derramando más de 11 millones de galones de petróleo (alrededor de 40,9 millones de litros). Exxon, una enorme compañía petrolera (hoy Exxon Mobil), asumió la responsabilidad por la negligencia de Joseph Hazelwood, capitán del Exxon-Valdez, al que se le acusaba de estar intoxicado al momento de la tragedia. El 16 de septiembre de 1994, Un jurado federal de los Estados Unidos ordena a Exxon pagar 5 mil millones de dólares por los daños ocasionados a pescadores, negocios y propietarios afectados. Sin embargo, el 25 de junio de 2008, la Corte Suprema reduce la indemnización por daños punitivos a solo 507 millones de dólares.
El otro gran desastre ocasionado por una petrolera ocurrió el 20 de abril de 2010. Ese día se produce una enorme explosión en la plataforma petrolera Transocean Ltd. Deepwater Horizon, contratista de la British Petroleum (BP). La explosión le quitó la vida a 11 de los 126 trabajadores que ahí se encontraban. De igual forma, se derraman 168 millones de galones de petróleo en el Golfo de México.
Una semana después la Guardia Costera de los Estados Unidos señaló que el pozo submarino tiene una fuga que libera 210 mil galones de petróleo diariamente. Poco después, el presidente Barack Obama supervisa la zona del desastre. El 04 de septiembre del 2014, un juez federal de Luisiana determina que BP fue "gravemente negligente" en el período previo al desastre, y le ordena pagar una multa de 18 mil millones de dólares. Un año después, el octubre del 2015, BP acuerda pagar más de 20 mil millones de dólares para resolver reclamaciones relacionadas con el derrame. Es el acuerdo más grande con una sola entidad en la historia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
A manera de conclusión, podemos rescatar dos aspectos fundamentales sobre los derrames petroleros, el primero es que ocasiona daños devastadores en el medio ambiente, afectando la vida, el hábitat, el ciclo alimenticio y la reproducción de cientos de miles de especies. Segundo, que, a nivel internacional, la justicia ha hecho pagar cifras multimillonarias a las empresas petroleras responsables de este tipo de desastres. Es hora de tomar nota.
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