El agua se está convirtiendo en un bien escaso afectado por el calentamiento global. ¿Cómo poder enfrentar al cambio climático basándonos en la propia naturaleza?
Más allá de la sequía meteorológica que nos afecta, nos encontramos ante una situación de emergencia hídrica derivada del aumento imparable de la demanda y la degradación de la calidad de las masas de agua por sobreexplotación y contaminación.
A estas grandes amenazas se les suma otra no menos preocupante: los efectos negativos de la evolución climática del planeta. El calentamiento global está produciendo alteraciones acusadas en la dinámica atmosférica y oceánica, y con ello, en el régimen de precipitaciones y temperaturas, y en la recurrencia, intensidad y duración de eventos extremos.
En este preocupante escenario, es fundamental que se aborde la sostenibilidad de los recursos hídricos desde un enfoque integrador. En consonancia con este, en los últimos años están cobrando importancia las llamadas soluciones basadas en la naturaleza (SbN), como herramientas innovadoras en la gestión de los recursos hídricos.
¿Qué son las soluciones basadas en la naturaleza?
Las soluciones basadas en la naturaleza son soluciones a desafíos o problemas a los que se enfrenta la sociedad que están inspiradas y respaldadas por la naturaleza; que son rentables y generan beneficios ambientales, sociales y económicos, y que ayudan a aumentar la resiliencia de los ecosistemas.
Se trata, en definitiva, de proteger la naturaleza y la sostenibilidad de los recursos naturales y sus servicios ecosistémicos apoyándonos en la propia naturaleza y los procesos naturales.
Así, las soluciones basadas en la naturaleza vienen definidas por un conjunto de condiciones u objetivos a cumplir que se plasman en la imagen que sigue a estas líneas.
¿Cómo se aplican a la gestión del agua?
En el caso de la gestión de los recursos hídricos, además, se plantean tres objetivos específicos: la seguridad hídrica, la mitigación de los efectos del cambio climático en los recursos hídricos y la adaptación de su gestión a tales impactos.
En este contexto, las soluciones basadas en la naturaleza tienen diferentes aproximaciones:
Protección, restauración del suelo.
Adaptación de los usos del suelo.
Revegetación de especies autóctonas, eliminación de especies invasoras, gestión forestal.
Restauración de riberas.
Restauración geomorfológica.
Reconexión de ríos, acuíferos y llanuras de inundación.
Recarga de acuíferos.
Restauración y recuperación de humedales.
Aplicación de tecnologías extensivas: filtros verdes, humedales artificiales, etc.
Urbanismo sostenible (espacios verdes, pavimentos permeables).
Prácticas agrícolas sostenibles (adecuación de cultivos a disponibilidad hídrica, sistemas eficientes de riego, rotaciones, etc).
Uso de fertilizantes y fitosanitarios sostenibles.
Prácticas ganaderas sostenibles.
Existen dos aspectos de las soluciones basadas en la naturaleza cuya importancia conviene resaltar. Uno es ese carácter integrador del binomio ecosistemas-sociedad. Otro es su alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, precisamente por la interrelación profunda entre esas dos dimensiones: en la actualidad no se puede entender el progreso y bienestar de la sociedad sin la conservación y protección de los ecosistemas.
Existen en España grupos que llevan desarrollando su actividad en la aplicación de soluciones basadas en la naturaleza en el ámbito de los recursos hídricos desde hace años.
Es el caso de la Fundación Centro de las Nuevas Tecnologías del Agua (CENTA) con el desarrollo de tecnologías extensivas (humedales, filtros verdes, etc.), el grupo FILVER de la Universidad de Alcalá y la Fundación IMDEA Agua, con el estudio de filtros verdes y otras SnB. Aunque estos grupos fueron en su día pioneros, en la actualidad no son los únicos trabajando en el desarrollo de soluciones basadas en la naturaleza para su aplicación en la gestión de los recursos hídricos.
Sin embargo, a pesar de ello se reconoce un retraso en la adopción de estas estrategias en la gestión del agua, que se hace especialmente urgente en el contexto actual.
Como resultado de esta necesidad, el Ministerio español para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha realizado un análisis preliminar de algunas experiencias llevadas a cabo, identificando los retos y desafíos, y planteando actuaciones necesarias para la adopción de estas estrategias.
Ejemplos de proyectos
Un buen ejemplo de soluciones basadas en la naturaleza aplicadas a la sostenibilidad y protección de los recursos hídricos es el proyecto LIFE RIBERMINE (Fluvial freshwater habitat recovery through geomorphic-based mine ecological restoration in Iberian Peninsula) que se plantea, como objetivos principales, reducir la presión hidromorfológica y la contaminación física y química en los cuerpos de agua dulce y la restauración de los servicios ecosistémicos perdidos, mejorando la calidad y dinámica del agua.
Por primera vez a escala europea se ha llevado a cabo la utilización conjugada y complementaria de diferentes técnicas de restauración minera en dos cuencas hidrográficas, la cuenca del Alto Tajo (España) y la cuenca del Sado y Mira (Ribeira de Corona, Portugal).
En el caso portugués, se trata de un proyecto pionero en el que que se plantean soluciones basadas en la estabilización química y física de residuos mineros de una mina (Lousal) cuya alteración genera drenaje ácido de mina y, con ello, la contaminación por metales y acidificación de los suelos y aguas del entorno (figura 2). Para la estabilización se han utilizado, de forma conjunta, técnicas de restauración geomorfológica, de restauración edáfica y de revegetación.
La restauración geomorfológica se ha basado en la modelización de un relieve coherente con el relieve natural del entorno, buscando la minimización de la erosión, y con ello la remoción y transporte de material contaminado.
La restauración edáfica ha consistido en la construcción de una capa edáfica formada por dos horizontes, uno orgánico (mezcla de estiércol y tierra vegetal) y otro mineral (mezcla de gravas calizas y arcillas), para facilitar la implantación de la vegetación y la ocurrencia de procesos biogeoquímicos de neutralización de la acidez y la retención de metales. La revegetación ha consistido en la siembra de especies de gramíneas, leguminosas y herbáceas locales (figura 3).
Todos los materiales, semillas y mano de obra utilizados en la actuación han sido, en la medida de lo posible, suministrados por empresas del entorno geográfico.
La luz al final del túnel
A pesar del actual y preocupante escenario de emergencia hídrica, la aplicación de soluciones basadas en la naturaleza se presenta como un horizonte prometedor, que ayudará a minimizar los efectos de las crecientes amenazas de los recursos hídricos asociadas al cambio climático, la sobreexplotación y la contaminación. Sin embargo, como ha puesto de manifiesto el MITECO, aún queda mucho por hacer.
En este sentido, es primordial que se adquiera y afiance la percepción de que los recursos hídricos son parte de un todo y que, por ello, su sostenibilidad depende de la sostenibilidad de los ecosistemas, de la misma manera que la sostenibilidad y conservación de estos depende de la de los recursos hídricos. Si logramos aprender esto, tendremos las bases necesarias para la aplicación de las soluciones basadas en la naturaleza.
Javier Lillo Ramos, Profesor de Geodinámica e investigador en geología y cambio global, Universidad Rey Juan Carlos
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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