Científicos encontraron esta representación de un pene en un colgante fabricado y usado en Mongolia hace 42 mil años.
La práctica humana de dibujar penes es más antigua de lo que parece. Sí, data de hace aproximadamente 42 mil años y proviene de Mongolia.
Nuestros antepasados, en las montañas de Khangai, en una zona llamada Tolbor, ya realizaban figuras fálicas en el Paleolítico Superior de hace 42 mil años, probablemente como un símbolo de fertilidad y buena fortuna.
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La investigación
A través de un estudio publicado en Nature Scientific, los científicos detallan las características de un objeto parecido a un pene que mide 4.3 centímetros de largo, 2.1 centímetros de ancho y 1.3 centímetros de grosor.
Al parecer, este artículo era un colgante de grafito tallado que, en las primeras teorías al respecto, servía como un adorno personal de buena suerte o de fertilidad.
Los análisis demuestran que el grafito, material negro y blanco, no se encontraba en las inmediaciones de las montañas de Khangai, en el norte de Mongolia.
Gracias a la datación de radiocarbono del material orgánico, el objeto fue elaborado entre hace 42 400 y 41 900 años. “Esto lo convierte en la representación antropomórfica sexuada más antigua conocida. Atestigua que las comunidades de cazadores-recolectores utilizaron atributos anatómicos sexuales como símbolos en una etapa muy temprana de su dispersión en la región”.
En forma, “es un cuello largo con una cabeza redonda”. Llama la atención el surco que mantiene, el cual representaría el meato uretral externo, mientras otro identificaría al surco balano-prenupcial.
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Adoración a la fertilidad
En el Paleolítico, el sexo nunca fue un tabú.
Más allá de la reproducción, los humanos reflejaban sus prácticas sexuales en grabados en piedras o cuevas.
De acuerdo con la investigación, los Homos sapiens probablemente se encontraron con los denisovanos y los neandertales en un choque “cultural” que cambió su percepción sobre sí mismo.
Con este intercambio, los Homo sapiens empezaron a adornar sus cuerpos en las representaciones figurativas del arte.
“El colgante es importante porque destaca capacidades cognitivas muy específicas en nuestro linaje”, refieren. Eso sí, hay expertos que no creen que el colgante sea de un pene, sino otra representación. “Aunque es difícil descartar por completo otras posibilidades, según estas analogías morfológicas, la interpretación más convincente del colgante es una representación fálica simplificada”.
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