Por más de 75 años, la universidad estadounidense hizo un seguimiento a la vida de 724 personas para descubrir los secretos de la felicidad.
Esta nota fue publicada originalmente en agosto de 2017 y actualizada por el Día Mundial de la Felicidad.
¿Qué es lo que nos mantiene felices y saludables a lo largo de nuestras vidas? Con esta pregunta inició la charla presentada por el Dr. Robert Waldinger en una conferencia TED en noviembre de 2015. El profesor de psiquiatría clínica de la escuela de medicina de Harvard exponía los resultados de una ambiciosa investigación realizada durante más de 75 años por la universidad estadounidense. Más de 724 hombres fueron estudiados desde su juventud para descubrir los secretos de la felicidad.
Según una encuesta citada por Waldinger en su conferencia, un 80% de Millennials (todos aquellos nacidos entre 1980 y 2000) piensa que hacerse rico es fundamental para ser feliz y otro 50% cree que ser famoso puede hacer la vida más plena. Ni lo uno, ni lo otro. La investigación descubrió que la felicidad está más vinculada a la calidad de las relaciones con nuestros familiares, amigos y parejas.
El grupo de estudio
La investigación se inició en 1938 con el seguimiento de dos grupos de estudio. El primero conformado por 268 estudiantes de Harvard, y el segundo por 456 jóvenes provenientes de las familias más desfavorecidas de los barrios pobres de Boston. Los investigadores realizaron entrevistas periódicas y exámenes médicos. Con el tiempo también incluyeron en la investigación a las esposas e hijos, y a medida que la tecnología iba avanzando registraron parte de sus vidas en video.
De los 724, hasta el 2015 sobrevivían 60, la mayoría en sus 90 años. Estos hombres practicaron diversas profesiones: médicos, abogados, empresarios y uno de ellos fue el presidente John F. Kennedy, quien fue asesinado en 1963. También varios padecieron alcoholismo o esquizofrenia. Algunos, provenientes de los estratos más pobres ascendieron hasta la cúspide social y otros hicieron el camino exactamente inverso. La investigación, que tiene en Waldinger a su cuarto jefe de proyecto, continuará haciendo seguimiento a los más de los 2000 hijos de los primeros 724.
El secreto de la felicidad
Waldiger dijo que tras 75 años de investigación se llegó a la conclusión de que "las buenas relaciones nos mantienen más felices, más saludables y punto". Además, indicó, "se aprendieron tres cosas sobre las relaciones":
1. Las conexiones sociales son muy beneficiosas para nosotros y la soledad nos mata. "Las personas más conectadas socialmente con sus familias, con amigos o con la comunidad son más felices, físicamente más saludables y viven más tiempo que aquellos que están menos conectados". Además experimentar la soledad deteriora la salud a más temprana edad. "El funcionamiento de sus cerebros se deteriora antes y vive menos tiempo que la gente que no está sola".
2. Lo importante no es el número de amigos que se tenga, tampoco si uno está o no en una relación estable. Lo sustancial es la calidad de las relaciones estrechas. Por ejemplo, la gente que estuvo más satisfecha en sus relaciones a los 50 años, resultó ser la más saludable a los 80. "Las buenas relaciones parecen protegernos de las dificultades de la vejez".
3. Las buenas relaciones no solo protegen el cuerpo sino el cerebro. Las personas que pasados los 80 años tienen relaciones en las que sienten que pueden contar con la otra persona "poseen una memoria afilada por más tiempo". “Esas relaciones buenas no tienen que ser fáciles todo el tiempo. Algunas de nuestras parejas que están en los ochenta pueden estar peleando todo el día. Pero siempre que sintieran que en verdad podían confiar en el otro cuando las cosas se ponían difíciles, esas discusiones no causaban estragos en su memoria”.
¿Qué nos puede ayudar a ser felices?
Hacia el final de su charla, Robert Waldinger dijo que el secreto de las buenas relaciones es parte de "una sabiduria tan antigua como el mundo". Sin embargo, pese a lo simple, nos cuesta llevar este tipo de vida a la práctica.
“Las posibilidades son infinitas. Algo tan sencillo como remplazar el tiempo que pasamos ante una pantalla con tiempo de convivencia, o revivir una relación aburrida con una actividad en común, como ir a caminar o salir juntos. Ponte en contacto con aquel familiar con el que casi no hablas, porque esas disputas familiares que son tan comunes suelen afectar más a los que están resentidos”, recomendó el científico.
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