Juegos de mesa, videojuegos y la inteligencia artificial han motivado la vida de Demis Hassabis, jefe de IA en Google.
Demis Hassabis, un brillante científico de 48 años, ha recorrido un camino extraordinario desde sus inicios como prodigio del ajedrez hasta convertirse en un pionero de la inteligencia artificial (IA) reconocido con el Premio Nobel de Química.
Nacido en Londres en 1976 de padre greco-chipriota y madre singapurense, Hassabis mostró un talento precoz para los juegos de estrategia. A los cuatro años ya jugaba al ajedrez, alcanzando el nivel de maestro a la temprana edad de 13 años. Esta pasión por los juegos de mesa no solo marcó su infancia, sino que también sembró las semillas de su futura carrera en IA.
"Eso fue lo que me introdujo en la IA en primer lugar, jugar al ajedrez desde una edad temprana y pensar y tratar de mejorar mis propios procesos de pensamiento", comentó el científico años a los periodistas tras compartir el Premio Nobel de Química con otros dos científicos el miércoles.
Los juegos y el salto a la ciencia
Tras completar la escuela secundaria a los 16 años, Hassabis se sumergió en el mundo de los videojuegos, co-diseñando el popular "Theme Park" en 1994. Su versatilidad intelectual se manifestó en sus múltiples victorias en el "pentamind", un desafiante evento que combina bridge, ajedrez, Go, Mastermind y Scrabble.
El estudio de las proteínas con el uso de la IA cautivó a los jurados del Premio Nobel.Fuente: AFP
Posteriormente, Hassabis canalizó su interés hacia la neurociencia, estudiando en el University College de Londres. Su investigación en este campo fue tan innovadora que la revista Science la reconoció como uno de los 10 avances más importantes del año 2007.
El nacimiento de DeepMind y la revolución de la IA
En 2010, Hassabis cofundó DeepMind, una empresa dedicada a desarrollar IA capaz de superar a los humanos en juegos complejos. Esta compañía fue comprada por Google cuatro años después de su fundación.
El éxito llegó en 2016 cuando AlphaZero, su programa de IA, derrotó al mejor jugador mundial de Go, un logro que captó la atención global.
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El verdadero salto cualitativo ocurrió cuando Hassabis dirigió el poder de la IA hacia un problema biológico de larga data: la predicción de la estructura tridimensional de las proteínas. En 2018, AlphaFold, su sistema de IA, participó en la competición conocida como las "olimpiadas de las proteínas", logrando un avance significativo.
Dos años después, AlphaFold resolvió definitivamente este enigma de 50 años, revolucionando el campo de la biología estructural. Este logro ha tenido un impacto profundo, siendo citado en más de 30,000 artículos científicos y utilizado por más de dos millones de investigadores en áreas críticas como el diseño de enzimas y el descubrimiento de fármacos.
Cauteloso sobre la IA
El trabajo pionero de Hassabis culminó con el Premio Nobel de Química en 2024, compartido con otros dos científicos. A pesar de este reconocimiento, Hassabis mantiene una postura de "optimismo cauteloso" sobre el futuro de la IA, reconociendo tanto su potencial beneficioso como los riesgos asociados.
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Alberto Nishiyama Periodista de tecnología
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