¿Cómo lograr que un bebé deje de llorar? La ciencia nos brinda la forma más efectiva de hacerlo

El llanto de un bebé puede detenerse fácilmente gracias al método del "Camina, siéntate, duerme" que propone el estudio. | Fuente: Unsplash

Un nuevo estudio científico revela el método más eficaz para poder calmar a un bebé y lograr que deje de llorar, sumamente útil para madres y padres primerizos.

Un bebé llorando es una de las preocupaciones para madres y padres primerizos. Ante la duda de cómo lograr que sus hijos se calmen, un equipo de científicos afirma haber hallado el método perfecto para que el infante se detenga y pueda descansar tranquilo. Esta acción sirve para apaciguar al bebé y favorecer su sueño se puede utilizar un simple pero eficaz truco llamado “respuesta de transporte”.

A través de un estudio, estos investigadores sugieren que su método es el mejor para tranquilizar al infante tras analizar el comportamiento que los animales tienen cuando alguien los sostiene y se pone a caminar. Esta técnica también puede ser aplicada a bebés humanos, tan solo requiere de unos pocos minutos y, según lo que detalla el reporte, es eficaz tanto de día como de noche.

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Video adjunto al estudio científico sobre el método más eficaz para detener el llanto de un bebé. | Fuente: Current Biology

La forma más efectiva de lograr que un bebé deje de llorar

El estudio fue publicado en Current Biology y menciona que la mejor manera de conseguir que un bebé deje de llorar es bastante sencilla: el padre, la madre o la persona que desee calmar al menor, debe seguir la fórmula “Camina, siéntate y duerme”. Los científicos sugieren que el tutor camine durante 5 minutos mientras carga al bebé que está llorando. Tras esto, debe sentarse mientras lo sigue sosteniendo entre 5 u 8 minutos para finalmente acostarlo para que duerma.

El método “Camina, siéntate y duerme” funciona gracias a lo que se denomina “respuesta de transporte”. Este comportamiento se observa en muchos mamíferos altriciales -animales cuyas crías nacen sin la capacidad de defenderse por sí mismos- y puede aplicarse mientras se carga al infante.

Debido a la cercanía del bebé al corazón de su madre, padre o tutor cuando se le carga en brazos, el ritmo cardiáco tiene la capacidad de tranquilizarlo.

Gráfico del método "Camina, siéntate, duerme" que propone el estudio científico. Fuente: Current Biology

¿Cómo se llevó a cabo el estudio?

Para obtener los resultados, los científicos usaron una muestra de 21 bebés y se comparó las formas en que respondieron a cuatro situaciones: ser sostenidos por sus madres mientras caminan, ser sostenidos por sus madres cuando están sentadas, estando acostados en una cuna que se mece y estando descansando en una cuna quieta.

Estas observaciones determinaron que existe un efecto tranquilizador para los bebés que eran cargados en los brazos de su progenitora mientras caminaban y para los que estaban echados en cunas mecedoras. Específicamente, el ritmo cardíaco de los infantes en estas condiciones disminuyó en 30 segundos.

Según lo que detalla, el movimiento refleja la “respuesta de transporte” pero solo cuando el menor está angustiado. “Caminar durante cinco minutos promovió el sueño, pero sólo en el caso de los bebés que lloraban. Sorprendentemente, este efecto estaba ausente cuando los bebés ya estaban tranquilos de antemano”, dijo Kumi Kuroda del Centro RIKEN para la Ciencia del Cerebro (CBS por sus siglas en inglés), de Japón en un comunicado.

Si bien los bebés fueron puestos a prueba mientras eran cargados por sus madres, Kuroda considera que el efecto tranquilizador puede ser replicado por cualquier persona que los esté cuidando. “Incluso como madre de cuatro hijos, me sorprendió mucho ver el resultado. Pensaba que el despertar de los bebés mientras están acostados se relacionaba con la forma en que se les coloca en la cama, como la postura, o la suavidad del movimiento, pero nuestro experimento no apoyó estas suposiciones generales”, indicó la científica.

“Muchos padres sufren el llanto nocturno de los bebés. Es un problema muy importante, sobre todo para los padres inexpertos, que puede llevar al estrés de los padres e incluso al maltrato de los bebés en un pequeño número de casos. Para muchos, somos padres de forma intuitiva y escuchamos los consejos de otras personas sobre la crianza de los hijos sin comprobar los métodos con la ciencia rigurosa. Pero necesitamos la ciencia para entender los comportamientos del bebé, porque son mucho más complejos y diversos de lo que pensamos”, sentenció Kuroda al respecto.

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