Investigadores lograron desviar un rayo en Suiza por primera vez gracias a los láseres.
Científicos franceses han demostrado que es posibles que los pulsos láser pueden cambiar la dirección de la caída de un rayo.
A través de un artículo publicado en Nature Photonics, los investigadores liderados por el Dr. Aurélien Houard del ENSTA París, el equipo demostró esta hazaña vista por primera vez.
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De acuerdo con el estudio, la capacidad de los láseres para ionizar el aire en laboratorios puede provocar que chispas de 2 millones de voltios salten a lo largo de canales de baja densidad.
Para poder asegurar de que los láseres duren los suficiente para que puedan desviar un rayo en condiciones de la vida real, los científicos crearon una máquina tan potente que puede generar pulsos 1000 veces por segundo. Fue un esfuerzo conjunto de la Universidad de Ginebra (UNIGE) y la EPFL de Suiza, la École Polytechnique de Francia y la empresa científica de láseres TRUMPF de Alemania.
Para probarlo, lo llevaron a la cima del monte Santis en Suiza a 2500 msnm, lugar que posee una torre de comunicaciones que recibe al menos 100 veces un impacto de rayos al año. El láser se encendía cada vez que el pronóstico del tiempo predecía tormentas eléctricas.
Los científicos pudieron registrar un rayo natural que, por primera vez, siguió el láser antes de impactar en la torre.
"Por supuesto, necesitábamos analizar muchos más datos después de esto", dijo Jean-Pierre Wolf, profesor de física aplicada en UNIGE, en un vídeo que acompaña a los hallazgos en francés.
"Pero esa imagen hablaba más que mil palabras, no había duda de que era posible. Cuando vi esta imagen, supe que la teníamos", dijo.
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Los láseres podrían usarse como protección contra tormentas eléctricas peligrosas, las cuales matan a un promedio de 43 personas en los Estados Unidos cada año y cuestan a los propietarios de viviendas casi mil millones de dólares en reclamaciones de seguros y reparaciones.
La idea de los pararrayos láser se remonta a principios de los años 70. Sin embargo, los pararrayos convencionales, inventados por Benjamin Franklin, siguen siendo la mejor forma de protección que existe contra los rayos.
No obstante, el ejemplo obtenido por el equipo demostró que el láser aumentó el radio de protección contra rayos de 120 a 180 metros.
El siguiente paso para el equipo es intentar desarrollar un láser que pueda llegar aún más alto en el cielo. Eso, sin embargo, no llegaría hasta en 10 años cuando la tecnología esté lo suficientemente pulida para llegar al mercado.
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