Pese a que Tonga y la Antártida están a 7000 kilómetros y la erupción sucedió hace seis meses, ambos eventos están relacionados.
La trágica erupción de un volcán en Tonga ha ocasionado que la Antártida se tiña de rosa hasta seis meses después del evento.
Científicos se han quedado sorprendidos tras la difusión de fotografías del panorama rosa en la Antártida, región que se encuentra a 7000 kilómetros de la isla de Tonga.
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¿Cuál es la relación entre la erupción en Tonga y los cielos rosas de Antártida?
Los científicos que trabajan en la Antártida han informado sobre este reciente fenómeno al Instituto Nacional del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda (Niwa) después de darse cuenta de que lo mismo estaba sucediendo en la región más austral del mundo.
"Por lo general, en pleno invierno, la Antártida está casi continuamente oscura, excepto por un ligero 'crepúsculo náutico' alrededor del mediodía, lo que significa que el horizonte es apenas visible en buenas condiciones", dijo Stuart Shaw, técnico científico de Antarctica New Zealand, a The Guardian. Él tomó varias de estas fotografías recientemente este julio.
“Lo creas o no, tampoco he editado estos colores, son más o menos como los vimos”, dijo Shaw. "Es increíble."
Lo cierto es que, de acuerdo con los datos del satélite lidar, un radar láser, hay una gran cantidad de aerosoles sobre la estratósfera de la Antártida que no estaban antes de enero, mes donde sucedió la tragedia en Oceanía.
“Los aerosoles estratosféricos pueden circular por el globo durante meses después de una erupción volcánica, dispersando y desviando la luz a medida que el sol se oculta o se eleva por debajo del horizonte, creando un brillo en el cielo con tonos de rosa, azul, púrpura y violetas”, señaló Nava Fedaeff, pronosticador de Niwa.
Los crepúsculos volcánicos se conocen como "resplandores posteriores", y el color y la intensidad dependen de la cantidad de neblina y nubosidad a lo largo del camino de la luz que llega a la estratosfera, dijo.
“Compartimos los mismos cielos”
De acuerdo con Jordy Hendrikx, tanto Antártida como Tonga “comparten los mismos cielos”.
“Gran parte de la ciencia que apoyamos tiene como objetivo comprender esas dinámicas en la atmósfera, los océanos y los ecosistemas, y ayudar a comprender mejor la conectividad entre la Antártida, Nueva Zelanda y el resto del mundo”, señaló.
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