Científicos de la Iniciativa Event Horizon Telescope mostraron evidencia de Sagitario A*, un agujero negro hasta 4 millones de veces más grandes que el Sol, y en la Via Láctea.
La observación espacial sigue logrando hitos importantes, más allá del reciente lanzamiento del telescopio espacial james Webb. Tras haber mostrado imágenes del primer agujero negro que la humanidad pudo registrar, científicos de la Iniciativa Event Horizon Telescope vuelven a asombrar al mundo con la primera imagen de Sagitario A*, un agujero negro enorme en el centro de nuestra galaxia.
Este fenómeno, detectado a 26 mil años luz, se encuentra en medio de nuestra galaxia y provoca un centro gravitacional en gran parte de los cuerpos de la Vía Láctea. Los científicos han inferido su existencia en el centro de nuestra galaxia durante décadas basándose en cómo se mueven los objetos alrededor del agujero negro.
Más de 80 instituciones trabajaron con 8 diferentes telescopios alrededor del mundo, un recurso permanente en la comunidad científica para alcanzar nuevas distancias en la observación espacial.
“La imagen muestra un aro brillante rodeando la oscuridad. Como vemos, la luz escapa del gas caliente que se forma alrededor del agujero negro y aparece ante nosotros como luz, la misma que es consumida al estar demasiado cerca del agujero”, señaló el grupo de investigación durante la presentación.
Un agujero negro a poca distancia
Debido a que está ubicado en el centro de la Vía Láctea, comprender cómo funciona Sgr A* es fundamental para el objetivo más amplio de comprender cómo se formó y continúa evolucionando nuestra galaxia. Para comenzar su investigación, los científicos modelaron cómo podría verse Sgr A* utilizando los movimientos de las estrellas cercanas. Podían predecir el tamaño de la imagen y la sombra, pero tenían que encontrar la combinación correcta de vistas del telescopio para descubrir que, de hecho, eran correctas.
Ahora, ¿por qué es tan difícil ver un agujero negro tan grande y que “vive” a poca distancia de nosotros? Si bien estamos hablando de un cuerpo hasta 4 millones de veces más grande que nuestro propio sol, aun encaja en la categoría de agujeros pequeños. Además, al estar rodeado de gas que se mueve a gran velocidad pudo pasar desapercibido detrás de otros objetos o ante otros procesos de observación.
El EHT es una amplia gama de platos de radio distribuidos en cinco continentes diferentes, y que trabajan comportándose como si fueran un telescopio gigante del tamaño de un planeta. Luego, depende de los científicos del EHT juntar los datos que los telescopios recopilaron para crear una sola imagen.
Uso combinado de telescopios
Hablamos de un sistema muy complejo de observación que demanda años de monitoreo y petabytes de datos analizados. "El Telescopio del Polo Sur de la NSF en la Estación del Polo Sur de Amundsen-Scott fue especialmente importante porque tiene una vista continua de Sgr A*", menciona la Fundación Nacional de Ciencia. "La asociación para combinar estos datos también se extendió mucho más allá de los telescopios para incluir universidades y observatorios de todo el mundo, como el Observatorio Haystack del MIT, y la instrumentación de la NSF, especialmente la supercomputación".
Lo que EHT realmente está capturando es la sombra del agujero negro contra el telón de fondo de ese gas y polvo resplandecientes. Este tipo de recopilaciones permite conocer más sobre los misterios del universo, y este monitoreo estuvo en desarrollo por años. "Ver la sombra es como tener nuestro propio súper laboratorio en el cielo para proporcionar evidencia física que respalde las predicciones. A partir de esta imagen, aprendemos no solo sobre nuestra galaxia, sino también sobre cómo actúa el gas alrededor de los agujeros negros en general, lo que confirma los modelos hechos aquí en la Tierra", señala el equipo investigador.
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