Transporte seguro y de calidad: ¿Cómo erradicar el acoso sexual en el transporte público?

7 de cada 10 peruanas víctimas de acoso sexual en el transporte público, no denuncian la agresión, según el MTC. | Fuente: Ministerio de Transportes y Comunicaciones

7 de cada 10 peruanas han sufrido acoso sexual en el transporte público en algún momento de sus vidas. En esta nota, conoce cómo podemos lograr una movilidad segura y accesible.

Era el año 2006. Abigail tenía apenas 10 años cuando un hombre la acosó en el ómnibus y empezó a susurrarle invitaciones con connotaciones sexuales al oído. Aunque ella no supo cómo reaccionar, su hermana Katherine pudo distinguir su rostro de confusión y miedo. Logró encarar al agresor y este, ante el rechazo de los demás pasajeros, se bajó rápidamente del vehículo.

“Me sentí asqueada, humillada. Durante meses no volví a usar transporte público y fue difícil porque yo iba desde Carabayllo a Barranco los fines de semana para ver a mi mamá. Es un trauma que jamás creo que se vaya. Hasta hoy no puedo sentarme tranquila en el micro, vivo con un miedo permanente”, cuenta Abigail, estudiante de Derecho de 26 años, a RPP.

Lo que nos cuenta Abigail es una lamentable historia de acoso sexual en transporte público que, según el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), 7 de cada 10 peruanas comparten. Y, de ellas, la mayoría señala haberlo sufrido por primera vez antes de cumplir la mayoría de edad.

Para hablar de transporte sostenible en nuestras ciudades es necesario también hablar de transporte público seguro y libre de acoso. Por ello, RPP conversó con Rosa Santa Cruz, jefa de la Oficina Defensorial de Cusco y líder de la campaña “Por un transporte libre de acoso” de su dependencia.

Concientizar a todos los actores

Para Santa Cruz, el trabajo de sensibilización y educación es la base para erradicar este tipo de conductas. Aunque desde la edad escolar se debe promover el respeto entre hombres y mujeres, indica que también debe reforzarse la labor de las empresas de transporte, de las autoridades y de los pasajeros para que no sean indiferentes.

Generar espacios de diálogo e intercambio también es clave para incentivar la movilización ciudadana. “[En la campaña] realizamos intervenciones con puestas en escena en los paraderos, colocamos banderolas y repartimos material de difusión para que la ciudadanía tenga la oportunidad no solo de observar, sino también de actuar frente a esta problemática”, relata Santa Cruz.

Este cambio de concepción en el transporte público, a su vez, sirve para fomentar una movilización más igualitaria en términos de accesibilidad. El viaje debe ser seguro para todos y todas.

Establecer una ruta de atención inmediata

Además de la prevención, la sanción también es prioritaria. Sin embargo, según el MTC, 7 de cada 10 peruanas víctimas de acoso sexual en el transporte público, no denuncian la agresión. Mientras el 85% de ellas afirmó no tener una razón en particular para no reportar el hecho, un 9% confesó que no lo hizo por vergüenza, mientras que un 4% considera que denunciar es una pérdida de tiempo.

Dentro de este último grupo, predominan las mujeres entre los 25 a 35 años por encima de aquellas entre 18 a 24 años. Para el MTC, esto refleja la pérdida de confianza al sistema de justicia por parte de las generaciones mayores; por ello, la funcionaria asegura que es urgente activar una ruta de atención inmediata, con asesoría y acompañamiento, para facilitar la denuncia respectiva.

Santa Cruz destaca que existe un protocolo desarrollado por el MTC para denunciar actos de acoso sexual en unidades de transporte y que involucra la participación de los pasajeros, empresas de transporte y autoridades. Sin embargo, es primordial que un solo aparato estatal público dé respuesta inmediata a las denuncias, con el fin de agilizar el proceso.

Finalmente, la funcionaria destacó la necesidad de implementar una infraestructura con enfoque de género. Desde instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), resaltan una serie de medidas a desarrollar gradualmente tanto en el transporte público como en los paraderos:

  • Botones de pánico
  • Iluminación apropiada en estaciones, vehículos y paradas
  • Salas de lactancia
  • Rampas accesibles
  • Sistemas de video vigilancia

Movilizarse con seguridad es un derecho, no un privilegio. Incorporar la perspectiva de género en el transporte, indican desde el BID, es primordial para que las mujeres accedan a las oportunidades laborales, educativas, los servicios de salud y de recreación equitativamente en nuestras ciudades.


Ciudades con Futuro es una campaña organizada por RPP, con el compromiso de Enel, que busca promover la necesidad de ver a nuestras ciudades como espacios en los que podemos mejorar nuestra calidad de vida a través del cuidado del medio ambiente, la promoción de la economía circular y el impulso de una movilidad sostenible.

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