El desarrollo de habilidades socioemocionales y la educación sexual son herramientas importantes para prevenir el abuso sexual en niñas, niños y adolescentes.
La violencia contra las mujeres, niñas y niños sigue siendo un mal latente en el Perú y el mundo. A nivel global, una de cada tres mujeres se ve afectada por algún tipo de violencia de género, según ONU Mujeres.
El abuso sexual es una de las formas de violencia más devastadoras, traduciéndose en la vulneración de múltiples derechos y provocando graves consecuencias en las víctimas, sus entornos familiares y la sociedad en su conjunto.
Este tipo de violencia puede generar consecuencias profundas en las víctimas, tanto en lo inmediato como a futuro. Algunas de estas son embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, depresión, ansiedad y comportamientos de riesgo asociados al consumo de sustancias psicoactivas como las drogas.
Trabajar para prevenir la violencia
Para Aldeas Infantiles SOS Perú, la prevención del abuso sexual es una tarea tanto para padres y madres, como para la sociedad en general. En primer lugar, es importante reconocer que las principales víctimas de la violencia sexual son las niñas, niños, adolescentes y mujeres.
A partir de eso, será clave trabajar acciones que permitan a los menores mejorar su autoestima y desarrollar sus habilidades personales, así como su conocimiento sobre los riesgos y las acciones de autocuidado.
Por su parte, frente a una situación de abuso sexual —por ejemplo, tocamientos, exposición de genitales, incluso violación— los padres y madres deben ser una figura de apoyo y seguridad. Se les debe demostrar que los adultos les creerán siempre.
La educación sexual como herramienta para la prevención
¿Cómo promover un desarrollo adecuado en la sexualidad de nuestras hijas e hijos? La especialista de Aldeas Infantiles SOS Perú, Yakelin Caycho, brinda las siguientes pautas:
1. Estar siempre disponibles: atenderlos rápidamente cuando se frustran o lloran, sin miedo a “malcriarlos”. Así los ayudamos a regular su estrés y a generar confianza.
2. Ayudar a organizar sus tiempos: establecer horarios fijos para su día (hora de levantarse, momento de tareas, hora dormir, entre otros). Así reducimos los sentimientos de confusión y damos orden.
3. Brindar calidez: contar con momentos de juego, añadir muchas formas de expresar amor durante el día. Por ejemplo, dar la comida, sonreír, mirar con ternura, leer un cuento, etc.
4. Usar permanentemente vocabulario emocional: debemos aprender a usar de manera cotidiana palabras que refieran a motivaciones, sensaciones o sentimientos. Por ejemplo: “me siento muy alegre por la nota que sacaste”, “te veo preocupado, ¿te pasa algo?”, etc. Esto les ayudará a desarrollar sus habilidades interpersonales como la empatía.
5. Enseñar formas diferenciadas de regulación emocional: ante emociones negativas como tristeza, aburrimiento, soledad, rabia, etc. Puedes usar diferentes formas de regulación como el uso de la respiración, la distracción a través del juego, el contacto físico, etc.
6. Uso de respuestas formativas: Para entender mejor, revisaremos el siguiente ejemplo: “Una niña se toca la vagina en clases”. Al respecto, debemos:
a. Nombrar la conducta: “Veo que estás tocando tu vagina en clases”.
b. Establecer un límite: “Ten en cuenta que eso es algo que debe hacerse en privado y aquí estamos todos”.
c. Enseñar actividades que puedan ayudar a reemplazar la conducta como, por ejemplo, ejercicios de respiración.
7. No usar sanciones o castigos: el objetivo debe ser enseñar a asumir las consecuencias y aprender prácticas reparadoras (aprender de lo que ha pasado e intentar corregir).
Si quieres ser parte de nuestro movimiento por los derechos de la niñez, puedes ingresar a www.cuentocontigo.pe y contribuir para seguir trabajando por las niñas y niños en situación de vulnerabilidad de nuestro país.
Recuerda que tú también puedes colaborar con la niñez participando de la colecta nacional “Cuento contigo”, del 6 al 31 de marzo.
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