La iniciativa que se lleva a cabo en la localidad de El Ñuro, en Piura, busca reducir el impacto del cambio climático y la crisis por la escasez de fertilizantes.
Durante los últimos 100 años, la cantidad de compuestos contaminantes en el agua, el suelo y el aire se han duplicado, un aumento generado por el uso generalizado de fertilizantes sintéticos, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Por eso, en El Ñuro, una localidad ubicada en el distrito de Los Órganos, en Piura, existen dos asociaciones de productores que elaboran abono a base de residuos de pescado, una alternativa frente a la escasez de úrea en el país que, además, es amigable con el medioambiente.
Estos biofertilizantes son fabricados por un grupo de mujeres y esposas de pescadores que a diario recolectan los desechos de pescado —como vísceras y tripas— para convertirlas en un producto 100% orgánico y útil para los agricultores del norte peruano.
“Nosotras somos 29 socias, esposas e hijas de pescadores, encargadas de recoger las vísceras y esqueleto de pescado. Las y los agricultores nos recomiendan porque nuestros fertilizantes no dañan las plantas”, señaló Ángeles Marcelo Gonzáles, emprendedora de la iniciativa de APROBIO El Ñuro.
Tras identificar las partes del producto aprovechables para convertirse en fertilizantes, estas son trasladadas hacia la planta de procesado, donde trituran la materia y la recolectan en baldes para mezclarla con bacterias y melaza, componentes que le darán la textura y los nutrientes necesarios para su uso agrícola.
Este procedimiento puede tomar hasta 30 días, en los que la mezcla debe revolverse constantemente para lograr una buena consistencia. Además, se realiza el filtrado del producto para separar el fertilizante de impurezas y grumos no diluidos que puedan afectar su espesor. Con este último paso, el fertilizante se envasa y está listo para la venta.
Como resultado, al impacto medioambiental del proyecto, se suma el beneficio económico y social para la comunidad de El Ñuro, donde 30 mujeres han logrado incrementar sus ingresos y empoderarse.
Un proyecto que vale la pena imitar
El año pasado, en el distrito de Caleta de Carquín, en la provincia limeña de Huaura, un grupo de mujeres destacó en las redes sociales por transformar los residuos de pescado en “Hidrofish”, un abono con altos componentes nutritivos para las plantas como nitrógeno, ácido fosfórico y otros micro elementos.
Tras su éxito, la iniciativa también ha sido replicada por mujeres de los distritos de Los Órganos y El Ñuro, en Piura.
Estos proyectos también han sido difundidos por Profonanpe, el fondo ambiental privado del Perú, con el objetivo de visibilizar iniciativas de sostenibilidad ambiental en diferentes regiones del país. Así, cuentan con un equipo de cinco reporteras ambientales que viajan a diferentes lugares para conocer las iniciativas y las publican en el Instagram y TikTok de la institución.
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